Conociendo al arquitecto Damián Ribas.
Tus obras se caracterizan sobre todo por una integración con el medio ambiente, ¿cómo podéis ayudar los arquitectos a que nuestro día a día sea más respetuoso con el medio ambiente?
Nosotros utilizamos siempre materiales de la zona, lo que hoy llamaríamos de Km 0. Es una forma muy sostenible de trabajar y además lo hace visualmente amable y discreto.
Hoy se habla mucho de arquitectura sostenible…
Es cierto, pero para mí hay dos maneras: una es la tecnológica (placas solares, energéticas), que tiene una fecha de caducidad y es muy costosa. Y hay otra, que es la sostenibilidad con el propio diseño (que esté bien orientado, con un sistema de protección solar, ventilación cruzada) y que sí es perdurable en el tiempo. Lo ideal sería jugar con las dos.
Eres un gran apasionado del deporte, sobre todo de la vela. Poder disfrutar de la naturaleza de esta manera, ¿te ha hecho ser más consciente con el diseño de tus proyectos?
Me gusta meterme a fondo en el deporte que sea. Si son deportes con herramientas (raquetas, palos, velas) analizar cómo optimizar el diseño de esa pieza al movimiento que va a realizar. Eso tiene mucho que ver con la arquitectura, diseñas algo para que sea lo más optimo para la función que va a tener. El deporte son juegos de energía, la física influye mucho, igual que en la arquitectura. En el caso de la vela, mucho más. Además, su diseño no es nada gratuito sino que cada cosa está pensada específicamente para una función, y así debería ser en arquitectura también.
¿Qué te gustaría que el conjunto de tu obra transmitiera?
Me gusta la arquitectura amable, discreta, sobria, atemporal, que cumple una función. Me gustaría que eso quedara reflejado. No me gustan las obras con estridencias o muy ancladas en modas momentáneas. Me gusta que la obra sea la protagonista.
¿Cómo se combina esa sobriedad y sencillez con proyectos de gran tamaño como sería el complejo PGA Catalunya Resort?
La escala humana, aunque tengas un proyecto muy grande, no debería perderse nunca. El usuario tiene una escala, el que pasee por allí lo va a percibir de esa forma. En las ultimas dos décadas se ha abusado de arquitectura y arquitectos estrella. Nos muestran una visión que casi nunca tendrá nadie, vistas aéreas que muestran edificios objeto. Pero la percepción de las personas de esos espacios es a metro sesenta. Estos edificios han sido grandes slogans para política y gobiernos. Puede haber edificios así pero no debería ser la norma en arquitectura. Hay que pensar en quien pasea por ahí y en cada uno de los micro espacios.
Un color, una forma y un material.
Un color, el natural de cualquier material.
Una forma, la más óptima para el uso que necesite.
Un material, la madera, tengo debilidad. Es moldeable, cálida, agradable al tacto, actual en el tiempo, sostenible si está bien utilizada, reciclable, aislante, y además se pueden hacer barcos.
Un arquitecto actual con el que te gustaría trabajar.
Souto de Moura me atrae bastante, sobre todo sus inicios, sus casas con patios, su relación del uso de los materiales al lugar. Y el hecho de que sea portugués y haya trabajado allí. En Portugal los presupuestos son más ajustados, hay que derrochar en creatividad y menos en ostentación de materiales.
Un lugar o espacio al que siempre volverías o que te inspira.
El pabellón Mies van der Rohe, es un lugar que me conmueve cada vez que voy. Me siento allí sin necesidad de hacer algo concreto. Los patios, la transparencia de espacios, el silencio, y la compresión horizontal del espacio, todo genera un eco muy especial.
¿Y tus referentes?
Haber trabajado con mi padre siempre ha sido un referente. Pero Coderch creo que ha sido el que más me ha influido, cómo utilizaba los materiales tradicionales de una manera totalmente actual, su estética, su sobriedad y su humildad como arquitecto.
El edificio donde vives es de Francesc Mitjans, un ejemplo emblemático de arquitectura racionalista, con el que tu padre ya trabajaba por aquel entonces. Me parece maravilloso vivir rodeado de esta historia personal y profesional.
Ha sido muy curioso. Yo viví con mis padres allí, luego me fui y de nuevo volví y lo hice mi casa. Me encontré con un edificio con una arquitectura que encaja perfectamente con lo que pienso y con una importante carga sentimental: fue el primer edificio cuya dirección de obra lo llevo mi padre que ya estaba trabajando con Mitjans. Mi piso es un piso diferente al resto porque ya mi padre puso mucho de él. Yo lo he hecho mío pero sin perder el espíritu .
El edificio en sí sigue siendo muy actual. Pasará el tiempo y lo seguirá siendo.
Queremos agradecer a Damián Ribas el tiempo que nos ha dedicado.
Entrevista y Textos Slowkind
Fotografías Milena Güell
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