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The Windhover: el refugio espiritual de la Universidad de Standford.

Promover el retiro espiritual y la reflexión en silencio son los objetivos de The Windhover Contemplative Center, un espacio situado en el campus de la Stanford University, el reputado centro situado en Palo Alto - California. El edificio, diseñado por Aidlin Darling Design, ha sido finalista en la categoría de Edificios Religiosos y Memoriales de la cuarta edición de los Annual Architizer A+Awards.
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El centro está abierto a estudiantes, profesores, personal, así como a cualquier otro miembro de la comunidad, y ofrece un respiro a la intensidad de la vida diaria.

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Expone la serie de pinturas The Windhover (el cernícalo) de Nathan Oliveira (1928-2010), que toma a su vez el título de un poema de Gerard Manley Hopkins, escrito en 1877. Nathan Oliveira  fue un destacado miembro del movimiento pictórico figurativo del área de la Bahía de San Francisco y profesor de arte de la Universidad de Stanford durante más de 30 años.

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Amante de la naturaleza, disfrutaba dando largos paseos por las colinas que rodean la universidad, donde se encontraba con magníficas aves rapaces que allí tienen su hogar: halcones, águilas, búhos y cernícalos.

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Las cinco pinturas se inspiran en el vuelo de los cernícalos sobre las estribaciones de Standford. Él mismo experimentó su poder calmante durante la enfermedad de su mujer y cuando sufrió sus propios problemas de salud, por lo que pensó que debían colgar juntas en un lugar reservado para la contemplación.

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Arte, paisaje y arquitectura se unifican en este edificio pensado para para reponer y revitalizar el espíritu.

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El alargado acceso a través de un jardín privado protegido por una pantalla de bambúes, permite a los miembros de la comunidad de Stanford desconectar del exterior antes de entrar en el santuario. Dentro, el espacio se abre completamente al robledal al este y al jardín; el paisajismo es obra de Andrea Cochram.

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La luz que penetra tamizada a través de lucernarios con celosías, ilumina las monumentales pinturas de 15 a 30 pies de altura.

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El espacio restante se mantiene intencionadamente oscuro para centrar la atención del visitante en los cuadros, resaltados de forma natural, y del paisaje circundante. Los gruesos muros de tierra apisonada y las superficies de madera realzan aún más la experiencia sensorial del visitante, aportando estimulación acústica, táctil, olfativa y visual.

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El agua, en conjunción con el paisaje, se utiliza como un complemento de la contemplación: los estanques situados en la galería principal y en el patio proporcionan un relajante sonido de fondo, mientras que un tercero situado en la zona sur refleja los árboles de los alrededores.

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Exterior e interior se hayan plenamente integrados, permitiendo la observación del paisaje desde las salas, y de las pinturas desde el jardín, convirtiéndose en un auténtico santuario, tanto de día como de noche, para la comunidad de Standford.

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Fotografías: © Matthew Millman, cortesía de v2com

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