Porrón Molón: el porrón volverá a estar de moda este verano.
Barcelona Brands acaba de lanzar en Alimentaria su Porrón Molón, una familia de cinco vinos que reivindica la recuperación de las costumbres más viejunas, por medio de uno de los objetos más emblemáticos de nuestra cultura gastronómica: el porrón.
Dispuestos a sumarse a la moda neobodeguera de los vinos y vermuts de diseño, la nueva firma de vinos rediseña esta popular forma de compartir nuestro espíritu auténtico y mediterráneo.
Este porrón es un utensilio que acompaña a los cinco vinos en su packaging de venta al público. El porrón del siglo XXI surge de la reivindicación del utensilio tradicional y del recuerdo de viejas costumbres.
Así pues, el Porrón Molón reincorpora el mítico objeto a nuestra vida cotidiana en forma de artesanía contemporánea gracias a su diseño, las mejoras aplicadas y su fabricación con materiales nobles.
Porrón Molón es, ante todo, una firma de vinos que cuenta con cinco nuevas referencias:
¡Abuelo enséñame! (vino tinto). Quién no ha alucinado alguna vez viendo a su abuelo o abuela beber en porrón. Tan ágil, rápido y decidido. Y sin derramar ni una gota.
Noches de verano (vino blanco). Inspirado en las ganas de revivir esa alegría y felicidad de las noches en los pueblos de veraneo, noches de fuegos artificiales y verbenas a la fresca.
Chiringuito de playa (vino rosado). Este vino fresco brinda por los chiringuitos de playa plantados bajo un toldo directamente sobre la arena. Sillas de plástico, mantel de papel, arroces y pescados del día… ¿Qué más se puede pedir?
DO Ribera del Duero (vino tinto). Este tempranillo es un homenaje a los productos de calidad, sencillos y auténticos, elaborados por profesionales con respeto y pasión.
DO Rías Baixas (vino blanco). El albariño en el porrón bien fresquito sabe mejor. Empieza llenando el porrón con este vino, perfecto para invitar, reunirse y compartir. Y el resto… no es nada que no sepas ya.
El origen del porrón se sitúa entre finales del siglo XIV y principios del siglo XV, en las comarcas de Aragón, Cataluña y el norte de Levante, aunque muchos estudios apuntan al porrón de Poblet (provincia de Tarragona) como el más antiguo conservado.
El uso popular del porrón le ha llevado a ser empleado para servir el vino entre diversos comensales de forma higiénica, sin que el recipiente entre en contacto directo con la boca. Se ha considerado siempre como un recipiente de bebidas colectivas.
Este porrón del siglo XXI cuenta con un corta gotas para evitar que el líquido se derrame y provoque manchas, un tapón de corcho y una punta extraible para facilitar la limpieza.
Se ha fabricado de manera artesanal en cerámica, un material opaco que mantiene mejor la temperatura del vino. Está disponible en blanco o en negro y seguro que este verano lo vemos en más de una comilona.