Los grafitis transforman el hotel Catalonia Berlin Mitte en una galería de arte urbano.

DMARK, quien mantiene su identidad en el anonimato, es el autor de los grafitis presentes en los pasillos de los cinco pisos que forman el edificio y del mural que representa el skyline berlinés presente en la recepción del hotel.

Por su parte, el español Carlos Beitia (alias POW-ASR) es un artista polifacético, tatuador y diseñador gráfico que desarrolla su actividad profesional entre España y la capital alemana. Él firma uno de los pasillos comunes y el interior de la zona de fitness.

En las últimas semanas el hotel también ha incorporado en su patio interior un Oso Buddy, un oso de tamaño real fabricado con material sintético y reforzado con fibras de vidrio. La corriente Buddy se inició en 2001, cuando más de 300 osos pintados se colocaron en plazas y calles centrales de Berlín. Estas figuras promueven la tolerancia, la comprensión entre los pueblos y la paz entre las naciones del mundo. La figura ubicada en el hotel ha sido decorada manualmente con mensajes positivos y los nombres de los distintos destinos Catalonia escritos con rotuladores acrílicos de colores muy llamativos. En la decoración se han utilizado letras de estilo gótico antiguo, muy comunes en la cultura alemana, y letras características de la estética grafitera.

Cada Oso Buddy ha sido creado por un autor para su país natal. Por este motivo, el Oso Buddy instalado en el patio interior del Catalonia Berlin Mitte ha sido obra del artista español POW-ASR.

El hotel

El hotel Catalonia Berlin Mitte, inaugurado en marzo de 2014, es un edificio de principios del siglo XX, imponente, simétrico, con fachada austera, un gran patio central y la típica entrada utilizada antiguamente por carruajes. Su diseño interior es del estudio basado en Barcelona Denys & von Arend.

Es un espacio romántico, donde el presente y el pasado se confunden entre sí. El mobiliario transporta al huésped por diferentes épocas, dejando al descubierto la memoria histórica del edificio. Su esencia urbana está presente en todas las dependencias, llegando incluso a fundirse con ellas. Muros, vigas y demás entrañas del edificio toman un protagonismo inusual, generando un ambiente teatral, acogedor y a la vez atemporal.

Las zonas comunes como la recepción, el bar o el gourmet corner destacan por sus marcados acentos de color: rojo, marrón o verde contrastan con la escala de grises arquitectónica presente en todo el edificio.

En sus 131 habitaciones, amplias y luminosas, se combinan materiales más duros, como el hierro, con la neutralidad y pureza de elementos más débiles, como los textiles. Los baños materializan el contraste absoluto entre el blanco y el negro. Esta recurso del claroscuro acentúa las desigualdades entre volúmenes, luces y sombras que ahora remarcan la presencia de grafitis.