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Fun House de Uda Architects, la versión moderna de los apartamentos de verano para toda la familia.

Está en Francia pero serviría también para España. ¿Quién de pequeño no ha pasado un verano en el típico apartamento de playa al que acude toda la familia durmiendo en colchones esparcidos tal cual comuna? Lejos de borrar esta estampa, el estudio Uda Architects ha querido recuperar el espíritu de un piso de vacaciones de los años 60 en la Costa Azul. En versión contemporánea y de diseño, claro, y, definitivamente, más confortable que entonces.

El apartamento, situado en la localidad de Juan-Les-Pins, sigue todos los clichés convencionales: edificio en primera línea de la playa, estética sesentera en la fachada y 40 metros cuadrados para albergar a la familia.

El tamaño fue el punto de partida del proyecto. El equipo de Uda, capitaneados por los italianos Andrea Marcante y Adelaide Testa, buscaron una solución al problema entre la falta de espacio y las relaciones interpersonales.

Los recuerdos de las vacaciones conjuntas de las familias italianas fue la inspiración final para decantarse por una versión actualizada de este tipo de residencias. El pasado del edificio y la playa enfrente acabaron de determinar la estética.

La solución actual pasa por crear una especie de caja-armario que funcionan en realidad como dos pequeñas habitaciones, aunque siga habiendo colchones en lugar de camas. Con ello se consiguen varios objetivos: primero, dividir el espacio en un área pública bastante espaciosa y una zona privada. Segundo, otorgar privacidad a la zona de sueño (imposible antaño) y tercero, que este espacio también tenga vistas al mar.

Hechas de madera y metal, estas cajas son fáciles de montar, relativamente baratas y sus puertas corredizas permiten una rápida adaptación a las necesidades del inquilino en cualquier momento. La estructura, además, recuerda a las casetas de playa.

La paleta de colores busca sintonía con la playa. El azul del mar y el marrón de la arena protagonizan las cajas y otras piezas del mobiliario. Para el resto de la vivienda se han empleado tonos que proporcionen el relax que implica unas vacaciones al borde del mar con la familia entera.

Otra parte importante del proyecto ha sido versionar la estética de los años 60 y 70. El estudio, en colaboración con Eirini Giannakopoulou, ha empleado materiales, tanto para las cajas como para el resto del interiorismo, con sabor a esta época, siendo la madera de teca – muy utilizada en la industria náutica durante esos años – la gran protagonista.

Mimbre y plástico son los otros materiales presentes en un mobiliario que, lógicamente, sigue líneas vintage.

Para terminar de completar el interiorismo, se ha recurrido a elementos decorativos también de la época como los posters de paisajes marinos de Domenico Gnoli.

Por cierto, el nombre de la casa, Fun House (la Casa Divertida) es porque los autores y propietarios son de los que opinan que compartir en familia es siempre una experiencia agradable, o al menos eso es lo que recuerdan de aquellas vacaciones de pequeño. Una vez pasado el tiempo, ¿quién no?

Fotografías: Carola Ripamonti

 

 

 

 

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