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Idoia Ruiz
28 enero 2012

Enter Architecture diseña Aldrich, una vivienda en Australia que fluye con el paisaje.

  El objetivo del estudio Enter Architecture era el de convertir esta residencia en una extensión del paisaje, abierta a la costa. Situada en Perth (Australia), esta vivienda de 450 metros cuadrados, sigue la ondulación topográfica para acercarse al agua. En el exterior, la fluidez entre la arquitectura y el paisaje lo incentiva el techo, que aporta al interior ángulos únicos y distintas alturas.

“Para desarrollar el techo se ha utilizado un sistema de modelaje asistido por ordenador que lo ha convertido en una extensión no paralela del paisaje.  Se ha mejorado digitalmente dando volumen a la casa y permitiendo la entrada de luz”, explican los arquitectos.  Ésta incide en los diferentes volúmenes dejando a la vista la sutileza de las curvas, de los ángulos únicos y las diferentes alturas. “La sensación es la de estar en un rompecabezas, el techo y el paisaje se entrelazan cambiando el punto de vista. Es la yuxtaposición entre lo natural y lo digital cuyo ritmo y patrones se activa por el propio emplazamiento en el paisaje”, añaden.

Con tres dormitorios, dos baños, dos salas de estar y un comedor, las áreas más públicas se sitúan en los lados más cercanos a la costa, las zonas voladizas de la casa. La parte más escondida es también donde se ubican dormitorios y baños, que requieren de más privacidad. Aquí, la conexión con el paisaje empieza desde el suelo y una pared de piedra local sustenta e incluso envuelve esta parte de la casa. En la azotea se ha dispuesto una cubierta con baranda desde la que se puede disfrutar de las vistas.

“Esta vivienda expone la belleza y la naturaleza lírica de su contexto.  La elegancia de un gesto fluido, el techo, anima los volúmenes habitables más abajo.  La luz se recoge entre las extensiones de la residencia, creando una danza simbiótica entre el interior y el exterior.  Es el techo el que guía el proyecto: proporciona volumen, movimiento y continuidad.  El techo acerca la casa a la tierra”, concluyen.

El interior es un refugio amplio y cómodo. El blanco brillante exterior se repite en el interior dando una sensación de máxima fluidez. Piezas de arte moderno adornan las paredes que junto con el mobiliario contemporáneo aportan un toque sofisticado al conjunto.

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