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Redacción
1 julio 2011

Iglús de madera como refugios para patinadores en Canadá.

En invierno, la ciudad canadiense de Winnipeg dispone de kilómetros y kilómetros para patinar con un gran inconveniente: su clima gélido. Y esta es la solución aportada por el estudio de arquitectura Patkau: iglús de madera curvada a modo de esporádicos refugios para resguardarse del viento y las bajas temperaturas. Construcciones vivas que sirven para atenuar el clima.

Winnipeg es una ciudad de 600.000 habitantes situada en las praderas canadienses. También es una de las ciudades más frías del mundo; concretamente, la más fría de su tamaño fuera de Siberia. Allí, el invierno puede durar seis meses. Así que aprender a “celebrarlo”, a aprovechar las oportunidades que ofrece esta estación, adquiere todo el sentido.

Los ríos Rojo y Assiniboine confluyen en el centro de la ciudad; cuando se hielan, ello da lugar a muchos kilómetros de rutas para patinaje. Sin embargo, con temperaturas que descienden a menos de 30 y 40 grados durante largos períodos de tiempo, y vientos gélidos que incrementan la sensación térmica hasta menos 50 grados, facilitar refugios contra el viento aumenta considerablemente la capacidad de utilizar las pistas de patinaje del río.

Patkau Architects han sido los encargados de diseñar y construir estos “albergues temporales” ubicados a lo largo de los senderos de patinaje. “Nuestra propuesta -señalan los arquitectos- consiste en un conjunto de refugios íntimos, cada uno con capacidad sólo unas pocas personas a la vez. Se agrupan en un pequeño «pueblo» (o «rebaño», o «flotilla»), para formar un colectivo. Están de pie, de espaldas al viento, y se apiñan para blindarse entre sí de los elementos”.

Cada refugio está formado por láminas de madera delgada y flexible, conectadas a un armazón de madera de base triangular, y su forma de cuña evita la acumulación de nieve. Los puntos de tensión de la madera se alivian mediante una serie de cortes y aperturas.

La agrupación de los refugios comienza con la relación de dos, se yuxtapone su tamaño y se tiene en cuenta la accesibilidad de las aberturas de sus entrada. Este emparejamiento, aparentemente casual, se logra en realidad con una rotación de 120 grados precisos. Los grupos de tres pares se relacionan unos con otros a través de una rotación secundaria de 90 grados; así definen un espacio intermedio «interior».

En conjunto, los refugios crean relaciones que cambian en función de la dinámica solar y del viento, la hora del día y las circunstancias ambientales. Son estructuras delicadas y «vivas». Se mueven con el viento, crujen y se balancean hacia adelante y atrás, flotan en la superficie del río helado, se “sacuden” la nieve que podría adherirse a su superficie… Peses a su naturaleza frágil, protegen a los patinadores de la ferocidad y la belleza del invierno en las praderas canadienses.

Más info:
Patkau Architects
1564 West 6th Ave
Vancouver BC
Canada V6J 1R2
www.patkau.ca

Fotos de James Dow. Visto en Archdaily.

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