Rediseño de un piso del siglo XIX en Barcelona, por Miel Arquitectos.
Este piso antiguo del siglo XIX, situado en el céntrico barrio del ensanche barcelonés, ha sido reformado por el estudio Miel Arquitectos. Apostando por una distribución innovadora, los arquitectos han creado un eje oblicuo que “rompe” la antigua distribución compartimentada y abre nuevas conexiones, tanto espaciales como visuales.
El piso de 105 m2 tenía una planta compleja, como es habitual en estos pisos antiguos, definida como una sucesión de habitaciones aisladas y patios desconectados. Los arquitectos Miguel Ángel Borrás y Elodie Grammont, de Miel Arquitectos, han conseguido desmaterializar esta estructura creando un corredor oblicuo que permite conectar todas las estancias entre si.
La nueva distribución del piso se vertebra siguiendo este eje diagonal, explicitado gracias a dos zócalos revestidos en dorado que enmarcan el nuevo pasillo en altura. Los nuevos espacios se han reconvertido y se han abierto visuales inesperadas con origen en la habitación principal, centro neurálgico de la vivienda. Todos los espacios están ahora conectados visualmente entre sí y con la calle, y la antigua estructura de pequeñas habitaciones ha desaparecido.
Los dos zócalos dorados que resiguen la nueva distribución de volúmenes actúan además como guías que soportan el paso de las instalaciones. Adicionalmente, establecen la división horizontal del piso, que hasta los 2,20 dispone el espacio habitable y por encima de esta altura organiza un espacio adicional de almacenaje, claraboya o de altillo polivalente en el salón.
Para dar más luminosidad al espacio, se ha pintado por entero de color blanco, aunque se han recuperado elementos que recuerdan el origen del piso y le dan personalidad: molduras doradas en el salón, vigas de madera, o mosaico hidráulico recuperado que pavimenta la escalera del altillo en el salón a modo de alfombra mágica.