Si, nosotros también usamos cookies. Esas cosas con nombre de "galletita" que ayudan a que tu navegación sea más personalizada. Cierra este mensaje y nos darás tu permiso para seguir utilizándolas. Y seguirás disfrutando de diarioDESIGN como siempre.

Feliz viaje por nuestra web Cerrar
Ariadna Rousaud
16 marzo 2010

Agatha Ruiz de la Prada nos habla sobre sus diseños.

Agatha Ruiz de la Prada (Madrid, 1960) es la diseñadora más prolífica y multidisciplinar del panorama español. Sus reconocibles tulipanes, margaritas, corazones, estrellas, lunas, nubes o huevos fritos y el peculiar uso del color inundan todo tipo de objetos. Con ella no hay término medio, y quien lo desee, puede vivir en una casa completamente “agathizada”: sillas, mesas, vajillas, camas, sábanas, alfombras, cojines, toallas, lavabos, mamparas, puertas…

La excéntrica diseñadora posee más de 40 licencias, entre las que destacan los muebles, la perfumería, las gafas, los zapatos, la papelería o las joyas. Está presente en más de 150 países y entre sus clientes cuenta con empresas como El Corte Inglés, Swatch, Audi, Balay, Mattel, Absolut Vodka, Iberia, Miquelrius, Cha-Cha o Ericsson. Incluso ha “agathizado” el mítico toro de Osborne, por mencionar alguna de sus tantísimas curiosas customizaciones. Da la sensación de que todo lo que toca, se convierte en oro.

dD – El universo Ágatha Ruiz de la Prada parece ilimitado ¿Qué es lo que te queda por diseñar?

La gracia de esto es que yo he aplicado mi diseño en muchos más objetos de los que podía imaginar. Nunca pensé que iba a hacer cascos de moto, nunca pensé que iba a hacer puertas blindadas… El año pasado, por ejemplo, hice pinzas de depilar. Cuando me lo propusieron pensé “¡ostras, qué fuerte me parece esto!” Y luego resulta que estoy encantadísima con las pinzas.


dD – ¿Has rechazado algún encargo?

Rechazo muchos. Además, hay muchos que no puedo hacer porque tengo tantas licencias que algunos me tocan un tema con el otro. Hay muchísimos problemas de límites.

dD -¿Hay algo que nunca harías?

Una cosa que nunca haría son abrigos de pieles. Espero no hacerlos nunca. Tendría que estar en un estado de necesidad brutal, pero brutal, como mis hijos secuestrados; algo horroroso debería ocurrir para que yo hiciera abrigos de pieles. Muchas cosas las he rechazado porque simplemente no me gustaban. Tampoco me gustaría hacer cigarrillos, por ejemplo.

dD -¿Y en el terreno de los objetos?

Pues mira, ahora mismo me habían encargado una pipa de esas de agua.

dD -¿Emmm? ¿De esas tipo marroquíes?

Sí. Las han hecho grandes diseñadores y era muy divertido, me apetecía hacerlo; pero al final no lo hice porque pensé que no era bueno para la salud.


dD -¿Qué tipo de producto es el que más se vende?

Cada año cambia una barbaridad. Nunca es el mismo. Un año puede ser el perfume, otro año las sábanas, otro la papelería o lo de bebé… Cambia constantemente. Yo creo que es porque a la gente le encanta la novedad.

dD – Empezaste en el mundo de la moda, pero trabajas mucho en el campo del diseño industrial. Eres asidua a las ferias Maison et Objet de París y al Salone Mobile de Milán. Cada vez desarrollas más productos de diseño industrial y has colaborado con diseñadores como Karim Rashid o Nani Marquina y empresas como Amat, Pamesa, AB21 o ARP…

Ahora mismo nos están proponiendo un chupete. Tenemos tantos encargos que no te lo puedes ni imaginar…

dD – Entre el diseño industrial y la moda ¿con qué te quedas?

Es mucho más fácil el diseño industrial. La moda es lo más difícil de hacer. Cuando llegué a París hace once años más o menos, fue muchísimo más fácil entrar por la vía del diseño industrial que por la moda. Mil veces más fácil.

dD – Pero ¿disfrutas más diseñando moda u objetos?

Sabes lo que pasa, que si yo hubiera sido arquitecta, hubiera sido la novena generación de arquitectos de la saga. Mi familia se ha dedicado al mundo de la arquitectura (los Milá de Barcelona son parientes míos), así que el diseño industrial ha estado muy presente en mi vida y siempre ha sido muy importante para mí.

dD – Tus diseños son un claro reflejo de tu actitud ante la vida. Transmiten vitalidad, humor y optimismo a través de las formas, los colores y los motivos florales. En una época como la actual, de crisis, ¿cómo consigues mantener esta energía positiva?

¡Es que yo soy así! Te digo, el que es bajito, es bajito haya crisis o no haya crisis, y el que es alto es alto, pues igual. Yo creo que es una actitud innata. Cuando hay crisis tal vez tienes una actitud más tensilla, pero creo que es una filosofía de vida, ¡es que yo soy así!

dD – Usas siempre una amplia paleta de colores pero…sigues sin utilizar el negro…

Sigo sin usar el negro, para nada.

dD – Ni siquiera en las varillas de las gafas…

¡Nada, nada! En mi estudio está terminantemente prohibido usar el negro.

dD – Vivimos una fuerte tendencia del diseño hacia lo ecológico, no sólo con los motivos naturales, sino también en los materiales y fabricación de los productos. ¿Es posible que los diseñadores estén tomando partido ante la problemática del cambio climático? ¿Qué opinas del diseño eco-friendly?

Yo siempre he estado involucrada en el tema de la ecología; para mí ha sido muy importante. De pequeña viví mucho en el campo y siempre he estado obsesionada con el tema de la ecología. Vengo de una familia donde era muy importante la naturaleza y también los animales, dos cosas que siempre me han gustado. La ecología es fundamental. Siempre he estado en los Verdes. Llevo con ellos treinta años y ahora más que nunca.

dD – Ocurre a menudo que los diseñadores, después de tener hijos, se vuelcan en el mundo infantil, creando piezas muy imaginativas como las de Javier Mariscal…

Sí, a Mariscal le ocurrió sobre todo cuando tuvo los gemelos.

dD -¿Te sucedió a ti también cuando tuviste a tus dos hijos?

Sí, me ocurrió muchísimo. Sobre todo cuando nació Cósima. Como tuve a Tristán más de imprevisto, iba mucho de azul marino y blanco. Y pensé “pero qué vergüenza ¡yo con un niño de azul marino y blanco!”. Con Cósima, en cambio, tenía más experiencia y ya me lancé.

dD -¿Qué edad tienen ahora?

Tristán veintidós y Cósima diecinueve.

dD -¿Trabajan contigo?

De momento no quieren en absoluto entrar a trabajar conmigo. Yo no sé si es para fastidiarme…

dD -¿Te gustaría?

Me haría mucha ilusión, sobretodo Cósima, porque se lo pasaría bomba. Pero Cósima ahora me mira y me dice “yo soy una intelectual”; me mira con una superioridad… Escribe muy bien, ¡no sabes lo bien que escribe! Está estudiando Literatura en Estados Unidos.

dD – Vives a caballo entre París y Madrid, ¿no?

Vivo a caballo entre todas partes.

dD -¿Cómo es tu casa?

Pues mira, yo creo que a cualquier persona del mundo le tapas los ojos, la llevas ahí, le quitas la venda, no sabe ni en qué país ni en qué lugar del mundo está y le preguntas ¿de quién es esta casa?… Y dirá: de Agatha Ruiz de la Prada. Mi casa es muy yo. He estado en casas de otros diseñadores, como en la de Saint Laurent o Karl Lagerfeld, y no tienen nada que ver con su personalidad. A mí me encanta la casa. Soy una persona absolutamente casera. Donde mejor estoy es en mi casa. Me encanta, ¡me chifla estar en casa!

dD -¿En la de París?

No, ¡en todas!

Ver post publicado en diarioDESIGN sobre la nueva tienda de Agatha Ruiz de la Prada en Barcelona.

Más información en www.agatharuizdelaprada.com

Artículos relacionados

Benedetta Tagliabue: Barcelona debe volver a ser vanguardista como lo ha sido siempre

Calatrava, entre la genialidad y la controversia: un legado de formas estructurales

Mikamoka Studio firma la nueva oficina de Idónea Comunicación

Joaquim Solana (Ambit): “Los hoteles son la oportunidad para compensar la bajada de ventas minoristas”