Apartamento del arquitecto Gus Wüstemann en Barcelona.
Algo había que inventar para redistribuir este viejo y oscuro piso de la zona histórica de la ciudad. La fachada principal, con tres grandes balcones sobre la calle Banys Nous, fue el punto de partida: la única zona de este piso con una buena luz natural tenía que utilizarse como amplio living que incluyera comedor y salón.
Una pared maestra dividía el piso en dos, separando la parte iluminada del resto del apartamento, que tenía una distribución más complicada e interrumpida por diferentes patios de luces que apenas dejaban entrar algo de ventilación. Esta oscura parte trasera debía albergar las zonas comunes de cocina y baño, así como los 3 dormitorios necesarios para la familia del arquitecto. Y aquí, el suizo Gus Wüstemann, ideó la innovadora solución de crear una cruz blanca (crusch alba) que es ahora el eje de circulación para esta complicada parte de la vivienda.
En esta reforma integral se ha buscado que el espacio no viniera definido por las paredes sino por puertas correderas, todo el apartamento puede usarse como un espacio abierto, tipo loft, o como un piso más tradicional de 3 habitaciones. La heterogénea planta se ha ordenado gracias a la zona central en forma de cruz que organiza la circulación y lleva la luz a la parte trasera del apartamento, con una iluminación natural muy escasa. En la cruz se han instalado la cocina y el baño, revestidos de materiales totalmente blancos y dotados de una potente iluminación artificial. La cocina se ha convertido en una zona de paso, casi en el distribuidor central del piso, y todos sus elementos propios se han escondido en armarios que la hacen parecer un pasillo cuando no está en uso. Grandes puertas correderas permiten que las habitaciones se conviertan en dormitorios individuales o se añadan al mismo espacio familiar compartido con la cocina. Lo mismo se ha hecho con el baño, que puede ocultarse tras una puerta corredera que lo separa de un área de descanso en una de las habitaciones de los niños.
Así, la cruz central blanca, radicalmente contemporánea, se ha convertido en un centro brillante entre los espacios fragmentados por pequeños patios de luces; una moderna isla de luz entre las paredes medievales. Una separación entre nuevo y viejo que ha configurado no sólo la distribución de la planta sino también la estética del piso. En el resto del espacio, las paredes y techos se han dejado en su estado original, conservando sus acabados irregulares que se han conservado y protegido con una capa de barniz. El mobiliario de madera hecho a medida, complementado con escogidas piezas de mobiliario contemporáneo, se ha diseñado como continuación del parquet del suelo, y se han instalado volúmenes sobre la vieja estructura que hacen de zócalo, de arrimadero o de cama, según el espacio.
Gus Wüstemann es un arquitecto suizo con oficina en Zurich y Barcelona, ciudad en la que también reside. Para Wüstemann la arquitectura y el urbanismo son un instrumento catalizador en la sociedad y le gusta definir su trabajo como un diseño libre. Utiliza materiales simples fuera de su contexto y aprovecha los nuevos métodos de construcción para conseguir una arquitectura sofisticada pero económicamente razonable.