Rapt Studio diseña una ciudad para Dropbox.
La magia de Dropbox es que te permite trabajar en cualquier lugar, utilizando una interfaz casi invisible. Pero las oficinas físicas de la compañía no podían ser invisibles. Cuando Rapt Studio se hizo cargo del proyecto, se propuso dotar a dicho espacio de trabajo de las señales visuales necesarias que favoreciesen la colaboración entre los numerosos equipos de la empresa.
Rapt Studio comenzó el proceso de diseño tratando de conocer las opiniones de los trabajadores sobre sus antiguas oficinas. La mayoría se quejaba de que gran parte de los espacios de trabajo estaban situados en pasillos estrechos, lo que dificultaba e interrumpía la colaboración. Además, las zonas de reunión y las zonas de trabajo estaban tratadas de manera uniforme, lo que no proporcionaba una sensación de «hogar» a sus empleados.
Una ciudad radial
Para solucionar todos estos problemas de comunicación, los autores de la nueva sede de Dropbox en San Francisco se inspiraron en una ciudad. Para ello crearon una serie de vecindarios flanqueados por portales y salas de reuniones que respondiesen a las necesidades de los diferentes departamentos.
De esta manera, se permite que grupos de 40 o 50 personas puedan personalizar su ambiente dentro de la compañía, ya sea adaptándose a las necesidades de los tranquilos e industriosos ingenieros, o de los más sociales y bulliciosos empleados del departamento de marketing.
En consecuencia, mientras que el producto y el espacio de la compañía están vinculados en el concepto, divergen en el diseño. A diferencia de la interfaz de usuario mínima de la aplicación Dropbox, las sensaciones que se obtienen al recorrer su sede física varían sorprendentemente.
La diversidad en escala, material, color y señales sensoriales crean espacios diferenciados para diversos estados de ánimo y estilos de trabajo.
De esta manera, navegar por el gran edificio se parece a callejear por una ciudad, usando diferentes puntos, destinos y vecindarios como referencia.
Espacios de reunión
Además de los diversos barrios, ubicados en la periferia del espacio para lograr una mayor tranquilidad, existen diferentes espacios estratégicos comunes que fomentan la interrelación, como la biblioteca. Este envolvente espacio está pensado para retirarse a leer o para concentrarse en solitario. Sus superficies curvilíneas y sus alfombras nos trasladan a una ópera italiana. Cuando la luz del sol brilla a través de las ventanas, todo el espacio se ilumina de un rosa tenue y cálido.
Para equilibrar esta suavidad, una mesa corrida de madera oscura, que evoca las de las bibliotecas universitarias históricas, permite a los empleados sentarse cara a cara mientras disfrutan de la privacidad que les proporcionan las pantallas de sus portátiles.
Por otro lado, el informal Karaoke Bar está inspirado en los rituales de los comienzos de la start up. Es un espacio de reunión que trata de evocar el espíritu de un sótano hippie californiano. Un lugar perfecto para desahogarse después de una larga semana, que cuenta con una hora feliz todos los viernes.
El gran vestíbulo
El gran hall de acceso invita a los paseantes a entrar y explorar. Espejos enormes rompen la barrera entre el interior y el exterior. Al hacerlo, reflejan uno de los valores fundamentales de la empresa: las infinitas capacidades y posibilidades de almacenamiento.
En colaboración con el artista Matthias Pliessnig, se diseñaron a medida unos grandes bancos de madera que contribuyen a transmitir la metáfora de que el lobby de Dropbox se asemeja a los campos que rodean a una aldea: una zona de transición que no revela el diseño del espacio de trabajo de inspiración cívica que se encuentra más adelante.
Finalmente, las grandes bolas de musgo que cuelgan en el vestíbulo, indican que se trata de un espacio en evolución, un lugar donde poder ensuciarse las manos.
Fotografías: © Eric Saigniel
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