Pioneros del diseño: la colonia de artistas de Darmstadt.
Nos situamos en el Gran Ducado de Hesse. Final del siglo XIX. Frankfurt no es el epicentro de la economía europea. Algo se mueve en las colinas de la ciudad de Darmstadt.
El gobernante de este Estado vasallo del Sacro Imperio Romano Germánico fue el último de su estirpe: Ernest Louis de Hesse-Darmstadt. Hombre prudente, se dedicó activamente al apoyo y promoción del arte. Su gran legado es la colonia en la que se reunió la flor y nata del Art Nouveau, principalmente de la Europa Occidental.
La colonia de artistas de Darmstadt
La colonia de artistas fue fundada en 1899. Su lema era: Mein Hessenland blühe und in ihm die Kunst («Mi Hesse debería florecer, y el arte en Hesse también»), y esperaba que la combinación de arte y comercio proporcionara impulsos económicos para su tierra. En concreto, el objetivo era «desarrollar formas de construcción y vida modernas y progresistas». Es por eso que se considera a Darmstadt la capital del Jugendstil, el Modernismo alemán.
Con este fin, Ernst Ludwig reunió a varios de los artistas más destacados del momento en la ciudad. Por la colonia Mathildenhöhe pasaron Peter Behrens, Paul Bürck, Rudolf Bosselt, Hans Christiansen, Ludwig Habich, Patriz Huber y Joseph Maria Olbrich.
Se llevaron a cabo cuatro exposiciones. Un éxito de creatividad y muestra de cultura, pero sonados fracasos económicos. En ellas se mostraron las casas de los artistas, estudios y otras construcciones temporales. En la primera de ellas, celebrada en 1901, se construyeron los edificios más emblemáticos de la Mathildenhöhe.
Ernst Ludwig Haus
El eje central es la Ernst Ludwig Exhibition Hall and Studio (una sala de exhibiciones). Un magnífico edificio de marcado perfil neoclásico. Proyectado por Joseph Maria Olbrich, se concibió como un atelier/galería de arte para los trabajos creados por la colonia.
Olbrich fue el «fichaje estrella» del Gran Duque. Pionero del diseño industrial, arquitecto de cabecera de la Sezession vienesa, se estableció en Hesse y se dedicó a la experimentación en las bellas artes.
La Ernst Ludwig House cuenta además con pinturas de Paul Bürck. Y dos gigantescas esculturas de Ludwig Habich flanquean la entrada principal.
El otro gran eje de la colonia es la Iglesia Ortodoxa Rusa de Santa María Magdalena. Construida por el cuñado de Ernst Ludwig, el zar Nicolás II, con piedra traída de la misma Rusia, para mantener algo de su tierra en el lugar de nacimiento de la zarina Alejandra.
Alrededor de estas estructuras se disponían las casas habitadas por los artistas y arquitectos atraídos por los auspicios del gran duque.
Las casas de los artistas
El Gran Duque ofreció a los artistas la oportunidad de comprar propiedades en condiciones favorables, para así construir las casas residenciales que figurarían en la exposición. Se previó que los esfuerzos para combinar la arquitectura, el diseño de interiores, la artesanía y la pintura deberían demostrarse con ejemplos concretos.
Eso sí: tan sólo Olbrich, Christiansen, Habich y Behrens pudieron permitirse construir sus propias casas. Sin embargo, para la primera exposición se mostraron ocho casas completamente amuebladas.
La casa de Peter Behrens
Peter Behrens fue un arquitecto autodidacta. Llegó a la Mathildenhöhe como pintor e ilustrador, por lo que el diseño de su casa, interior y exterior, fue su presentación en sociedad.
Al crear una «obra de arte total», su casa goza de una consistencia particularmente pronunciada: nada está dejado al azar. Behrens diseñó la estructura, y también todo lo que hay en ella: muebles, toallas, pinturas, cerámica, etc. Sin embargo, también fue la casa más cara de la exposición. Behrens nunca vivió en ella, sino que la vendió poco después de la exposición.
La casa supuso un punto de no retorno para el arquitecto alemán. De ahí fue evolucionando hacia un estilo de diseño sobrio y austero. Creador del Werkbund alemán, es el gran maestro del Movimiento moderno. Los mismos Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier y Walter Gropius trabajaron para él en las primeras etapas de sus carreras.
La casa fue muy dañada por los bombardeos aliados en la Segunda Guerra Mundial. El exterior ha sido restaurado en gran parte a su estado original. El interior ha sobrevivido gracias a que algunos artículos y muebles fueron aparentemente retirados de la casa en una fecha anterior.
La casa de Joseph Maria Olbrich
La casa de Olbrich fue relativamente barata. El edificio tenía un techo a cuatro aguas en teja roja, que continuaba hacia abajo sobre la planta baja en el lado norte. El mismo Olbrich también había diseñado todo el interior.
También muy dañada en la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruida en 1950-1951,. Aunque la planta baja tuvo que ser completamente cambiada. Sólo las baldosas blancas y azules de la fachada recuerdan la construcción original.
La tercera exposición: 1908
El último «gran edificio» de la Mathildenhöhe fue proyectado por Olbrich para la tercera de las exposiciones, que se abrió a los artistas y artesanos de Hesse. Se aprovechó un antiguo embalse, parte de la red de agua de Darmstadt, originalmente sellado con tierra, para construir la Torre de la Boda y el Edificio de exposiciones.
La torre era un homenaje al gobernante, gran impulsor de la colonia, por sus nupcias con la princesa Leonor de Solms-Hohensolms-Lich en 1905. Mientras que el edificio de exposiciones era el lugar destinado a que los miembros de la colonia de artistas exhibieran su trabajo artístico. Actualmente acoge el museo de la Mathildenhöhe.
Darmstadt y su colonia Mathildenhöhe tienen mucho que contarnos. Uno de los puntos de origen del diseño industrial, pura Historia, es una visita más que recomendable para los diseño-adictos.
Institut Mathildenhöhe Darmstadt
Olbrichweg 15
64287 Darmstadt