Icono millennial pink: Casa Horta de Guillermo Santomá.
La Casa Horta es una intervención arquitectónica y artística, que define a la perfección al arquitecto, diseñador e interiorista Guillermo Santomá. Uno de los jóvenes talentos a los que no conviene perder la pista. Santomá se sitúa entre la arquitectura y el diseño, y «crea ambientes para que su trabajo actúe».
Un lienzo en blanco para trabajar
La Casa Horta se ha convertido en un clásico contemporáneo de Barcelona. La intervención, realizada en 2013, es una colaboración con Albert Guerra.
Así la define el propio Santomá en su web: «Reforma de una casa de principio del siglo XX en Barcelona, en el barrio de Guinardó casi tocando a la montaña del Carmel. Una casa de tres plantas. Una fachada falsa resuelve la cocina-baño, dejando entrar la luz a modo de lucernario falso. Una ampliación de escalera imitando un arco gigante permite comunicar las tres plantas, aprovechando el hueco del arco para hacer el sofá».
La casa es un lienzo en blanco. Cuyo estilo noucentista ha sido destripado, para dejar exclusivamente los volúmenes seleccionados y materiales originales por los que optó Santomà.
Brillan por tanto las formas geométricas y el color. El espacio pasa a ser la obra de arte total de la que empezó a hablar Richard Wagner y abanderó la Secesión Vienesa. Santomá ve el objeto y el espacio como uno mismo, lo que se refleja en cada rincón de la Casa Horta.
Matching colors
Nos comentan por ahí que dice Guillermo Santomá que el fue quién conseguió poner de moda el millennial pink. Pero la paleta de colores de la Casa Horta no se detiene en el color más cool. El baño y la cocina son rosas, sí, pero ¿el resto de espacios?
Dos tonos de verde, que combinan con los conservados suelos hidráulicos. Y que le dan un espectacular toque a las puertas de marcado estilo organicista. Los techos imitan al cielo, en color azul con deliciosas nubes de algodón también en rosa.
Y alguna habitación más privada en ese azul que se va imponiendo como tendencia en los últimos años. Todo, desde los apliques hasta los radiadores, se baña del mismo color.
Para resumir el proyecto, nos quedamos con la entrevista que dio Guillermo Santomá a Metal Magazine, respondiendo a la pregunta ¿Cómo es vivir entre las paredes de este templo? ¿Cómo fue el proceso creativo y de remodelación?
«Es un proceso que no ha terminado, es una idea. Un lugar donde vivir siempre se transforma dependiendo de las necesidades, y en este lugar las razones son estéticas: vivir rodeado de algo que te representa. Estar durante todo el proceso de construcción, día a día, en la obra, te permite replantearte el espacio continuamente. Lo relaciona directamente con algunas piezas que se habían creado anteriormente y remite a otras que todavía no lo han hecho. No deja de ser un proceso más para obtener un resultado y atrapar sus variantes».
Fotografía: José Hevia
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