Xanverí, la chispa mediterránea del barrio de Chamberí.
Tradición y diseño, un combo de adjetivos casi que manido pero que en este proyecto cobra más sentido que nunca. Tradición porque Xanverí es una amalgama de lugares y épocas. Y diseño porque es el vehículo que da forma y coherencia a todos esos elementos.
A primera vista puede parecer barroco, pero el interiorismo de José Manuel Ferrero sigue un patrón que acaba otorgando un cierto orden y, sobre todo, elegancia.
Por una parte, está la historia de Chamberí, el barrio donde creció César Anca y al que ahora regresa con su primer restaurante en Madrid. Sus orígenes napoleónicos y su arquitectura han inspirado al director creativo de estudi{H}ac.
El arquitecto e interiorista valenciano aspira a que Xanverí se convierta en un sitio de “vanguardia (…) un lugar donde se puede respirar un ambiente sofisticado y con clase”, dice al respecto.
Por otra parte, el restaurante también pretende reflejar la huella que Alicante ha dejado en el chef tras dos décadas. Lo hace a través de un paralelismo: la etapa de madurez del cocinero y la calma del mar Mediterráneo.
La estrategia de Ferrero pasa por reinterpretar las texturas, colores y formas geométricas del Chamberí histórico. Lo vemos nada más entrar. En el gran mural de papel impreso, formado por materiales representativos de cada lugar: la cerrajería y los claveles de Madrid, la cerámica mediterránea y la gráfica del Paseo de la Alameda de Alicante.
Chamberí es el barrio de solera de la capital, pero en su día contó con importantes industrias de fundición y cerrajería, las cuales dieron a sus vecinos el sobrenombre de chisperos. Esa chispa también se representa en la lámpara chandelier.
El Mediterráneo, por su parte, alcanza su máxima expresión en la gran alfombra cerámica del hall, la cual es un preludio del tratamiento especial que recibe de color en el resto del espacio.
El Madrid más castizo
Ya en el comedor, situado en una planta superior, nos reciben los personajes ilustres del barrio – Enrique Tierno Galván, la escritora Carmen de Burgos y Joaquín Sorolla, entre otros. La ilustradora Carla Fuentes los ha dibujado en una serie de retratos colgados en la pared.
Pero para espíritu madrileño, el del Xispero Room, el salón privado. Las paredes y la mesa siguen el patrón del estampado blanco y negro de pata de gallo, el tejido preferido de los más castizos. La pata, por cierto, es el icono del proyecto.
Por último, destacamos también la visión compositiva del espacio que otorgan los diferentes espacios. El mismo efecto que buscan los platos de César Anca.
Fotografías: German Cabo