En esto andaba metido Miguel Milá: nuevos diseños para Expormim.
Gata: atractivo y máxima dificultad
Ambos diseños son de ratán, claro. Porque fue el atractivo y la naturalidad de este material noble lo que atrajo a Miguel Milá hasta Expormim. Hasta el nombre de la nueva silla, Gata, es todo un homenaje los artesanos de la localidad alicantina de Gata de Gorgos con los que Milá aprendió a trabajar la caña muchos años atrás.
Hoy, tras varios años de trabajo y unas cuantas versiones, el propio Miguel Milá define a Gata como “es el diseño más difícil que he hecho nunca porque hay miles de sillas y de gran nivel. Hacer una silla que sea un poco mejor en algún aspecto es complicado. Pero lo hemos conseguido, o al menos, eso creo”. Su hijo Gonzalo puntualiza que se debe “al ritmo tranquilo que nos han permitido llevar en Expormim. Hemos podido evolucionar sin prisa”.
Porque como Miguel Milá se encarga de subrayar, «lo primero siempre es la funcionalidad, el confort, la ergonomía e inmediatamente después viene la estética, porque ya he repetido muchas veces de que una silla está mucho más tiempo sin usarse que siendo usada. Cuando no hay nadie sentado, la silla conforma el espacio, ayuda a crear un clima. Y esto Gata lo cumple”, recalca Miguel.
Por ello, Gata nace de la búsqueda del equilibrio entre componentes, forma y calibres de la caña ratán para conseguir una silla cómoda y resistente y que el conjunto estético sea armónico. La continuidad de sus líneas genera un asa en la parte superior del respaldo que facilita su transporte y evidencia una de sus virtudes más importantes: la ligereza.
Aparentemente sencilla, su proceso de diseño ha pasado por numerosos estadios y revisiones, siempre bajo la atenta supervisión de Miguel y de su hijo Gonzalo. Gata es una silla de ratán, simple y llanamente, sin artificios, funcional y hecha para durar. Como siempre ha creído Milá que debe ser cualquier diseño.
Gres, reedición de un clásico
El taburete Gres, por su parte, supone la reedición de una pieza del año 1962 que aunque no entraba en los planes iniciales, aterrizó en Expormim de forma fortuita en uno de los viajes de Gonzalo y Miguel. Ahora toma la forma de dos nuevos productos: un taburete alto y otro bajo. Un hallazgo afortunado y una anécdota más que añadir a la historia de una muy fructífera colaboración creativa.
Formalmente, Gres está construida a partir de un juego de tangencias entre los cuatro marcos orgánicos que dibujan su estructura y de estos con el asiento, lo que garantiza su estabilidad a la vez que lo hace un diseño casi transparente. Esta versión actualizada de los históricos taburetes los convierte en una pieza esencial y subraya la vigencia imperecedera de una manera de diseñar que huye de las modas y de las convenciones de una época. «Es Milá en estado puro. Sin fecha de caducidad», señalan desde Expormim.
Fructífera colaboración
Miguel Milá afirma que ha aprendido muchas cosas de Expormim, por ejemplo, a industrializar el material sin que se vea afectado el proceso artesanal o a cómo controlar el calibre y la resistencia de la caña a través de un método tan sencillo como despojarla de la piel. Pero, sin duda, quienes colaboran con Milá siempre aprenden varias lecciones de él: amor por la profesión, saber hacer (y estar), honestidad, humildad y sencillez. Quizá por eso sus diseños transmiten tanto con tan poco y se convierten en clásicos imperecederos nada más nacer.
La presentación de estos diseños en Barcelona se realizó en un espacio de excepción: Flowers by Bornay, un antiguo y precioso invernadero en el barrio de Sants que puedes ver en algunas de estas imágenes. Presentación en sociedad que estuvo arropada por los propios diseñadores, numerosos interioristas, arquitectos, prensa y amigos, y por el resto de diseños del catálogo de Expormim.