Fines de semana ‘prefabricados’ en las afueras de Buenos Aires.
Englobada dentro de los casos de vivienda desarrollados por el estudio de arquitectura argentino, denominados ‘viviendas hábitat’ por su relación con el entorno, la Casa de Madera ha sido diseñada buscando en todo momento la máxima eficiencia de los espacios y el contacto con la naturaleza. La separación del suelo, la búsqueda de las mejores orientaciones, las vistas y ventilaciones cruzadas, la cubierta verde y los espacios de sombra que rodean a la casa son algunas de las decisiones tomadas por los arquitectos para lograr una correcta regulación pasiva de la temperatura.
Desarrollada en una sola planta y construida completamente en madera, la casa se mimetiza con el entorno a través de una cubierta verde que, como una prolongación del suelo que la rodea, con el tiempo se cubrirá de plantas silvestres que apenas necesitan mantenimiento. Un nuevo espacio natural, elevado del suelo, que se fusiona con el follaje y las copas de los árboles circundantes.
Con un espacio diáfano que reune las estancias más públicas del salón, comedor y cocina, la casa cuenta además con dos habitaciones, un baño y un generoso vestidor en el dormitorio principal.
En todas las estancias se respira naturaleza, con terrazas, patios y galerías que prologan los espacios interiores, abriéndolos al entorno.
Construida de forma modular en sólo cinco meses y de acuerdo a las posibilidades tecnológicas que la madera permite, la casa mantiene así su entorno inmediato en estado natural, sin alterar el ecosistema y pudiendo incluso desmontarse en tan sólo cinco días.
Como estructura, cerramiento, división y cubierta, la madera se convierte en protagonista indiscutible de la casa. Una intervención en la que los arquitectos han buscado nuevas alternativas constructivas, a partir de sistemas y materiales locales de fácil manufactura y manipulación, adaptables a muy distintas geografías y condiciones climáticas.
La casa propone así no sólo una respuesta a un problema puntual y específico, sino que forma parte de un estudio mucho más amplio que Estudio Borrachia lleva a cabo desde hace años sobre la implementación de sistemas prefabricados en seco de bajo costo y rápida materialización.
Fotografía: Fernando Schapochnik