MVRDV diseña un ‘nuevo hogar’ para su gran familia.
Los holandeses se han encargado de la reforma interior de los 2.400 metros cuadrados que dan forma a este espacio, donde tienen cabida los 140 miembros de su equipo, distribuidos en 150 puestos de trabajo. Una intervención que no defrauda donde, sin perder de vista los vestigios del edificio original, los arquitectos han materializado un entorno donde apetece trabajar. Un espacio generado a partir de la experiencia y de cómo sus trabajadores han ocupado y vivido el espacio de sus anteriores oficinas, que refleja fielmente el ADN y el enfoque social de la firma.
Un ‘nuevo hogar’ para una gran familia, con espacios más flexibles y productivos, ‘que hacen al trabajador sentirse como en casa’. “Para ello hemos incorporado estancias como la sala de estar, el comedor, o un gran graderío, que fomentan el intercambio y la colaboración, características fundamentales de nuestra forma de trabajar”, comenta Jacob van Rijs, co-fundador del estudio, que destaca la importancia de crear espacios eficientes en el trabajo.
Protagonista central de la intervención, la gran ‘Family Room’ se convierte en el espacio principal de interacción social, con una gran tribuna con pantalla desplegable para conferencias y presentaciones –e incluso para eventos lúdicos, como un partido de fútbol–, una mesa comunal de 30 metros de largo, donde el equipo se reúne a comer cada día, y un enorme tiesto colgado sobre la mesa de recepción. Tres elementos que a gran escala reproducen el sofá, la mesa de comedor y las plantas colgantes que podemos encontrar en cualquier vivienda.
El espacio de trabajo ocupa el grueso del proyecto, separado de la sala común por un ligero plano acristalado llego de garabatos y diagramas de trabajo. Diseñadas para acoger equipos de proyecto enteros, las mesas de trabajo fueron fabricadas por encargo, sin patas ni divisiones intermedias.
Para fomentar el equipo en trabajo, los directores de MVRDV han colocado su espacio de trabajo en una esquina oscura de la planta baja, junto a las impresoras y las máquinas de café. Un lugar muy poco llamativo comparado con el resto de las oficinas, llenas de luz y vistas, que les invita a juntarse con el resto del equipo para trabajar.
Al otro lado, bajo la sección de los arcos que recuerda a una casa de muñecas, se localizan las salas de reuniones, pintadas en llamativos colores y distribuidas en dos niveles. Cada una de ellas da lugar a un ambiente único y una forma de interactuar distinta, con su propia temática y mobiliario. La sala de dibujo –Drawing Room– con paredes recubiertas de pizarra magnética para los talleres; la sala de presentaciones –Presentation Room–, en azul oscuro para reuniones formales; la sala de estar –The Lounge–, con sillas bajas para conversaciones más privadas; la biblioteca –Library Room–, para la que se ha elegido el color marrón que aporta intimidad; y la sala de juegos y reuniones informales –The Game Room–. Además de una serie de habitaciones monocromáticas para trabajar tranquilamente.
Cinco arcos componen la estructura que da forma al edificio. Los espacios originales cerrados se demolieron y los muros fueron sustituidos por planos acristalados de suelo a techo, favoreciendo una conexión visual entre todos los espacios que genera una atmósfera de colaboración.
“La estructura social es fundamental en esta empresa”, afirman los arquitectos, que destacan la importancia que para ellos tiene el compartir espacio con una gran comunidad de industrias creativas, técnicas y empresariales. Cafeterías ‘pop-up’ y restaurantes ofrecen un lugar de reunión para los usuarios; que pronto verá ampliada su superficie con el patio común del edificio, cuyo diseño correrá a cargo de los arquitectos holandeses.
«Para nosotros tiene un significado muy especial formar parte de Het Industriegebouw, como edificio y comunidad. Compartimos un espacio de trabajo que puede dar lugar en un futuro próximo a un crecimiento flexible y colaborativo, reflejo de la filosofía del edificio original, proyectado en 1952 por el conocido arquitecto de la postguerra Hugh Maaskant», explica Jacob van Rijs.
MVRDV House, Het Industriegebouw
Goudsesingel 70, 3011 KD Rotterdam
Fotografía: Ossip van Duivenbode
