Una casa pasiva para dos hermanas bien avenidas en Collserola.
La elevada y homogénea pendiente (30%) era una de las características principales del terreno. A partir del estudio climático del solar, se decidieron las estrategias proyectuales a seguir para realizar un proyecto donde los parámetros de confort térmico fueran equivalentes a los estándares de la passivhaus (casa pasiva).
De esta manera, la compacidad volumétrica, la búsqueda de la máxima captación y protección solar, la alta resistencia térmica y la ventilación cruzada fueron las claves que guiaron el diseño.
Otro tema relevante fue la voluntad proyectual de no modificar demasiado el terreno original. Este objetivo condujo a los arquitectos a realizar dos únicos muros de contención, paralelos a las curvas de nivel, que sostienen una construcción ligera de madera formada por 5 cerchas perpendiculares a los muros.
Las cerchas organizan los diferentes espacios de la casa para que cada hermana disponga de dos habitaciones, una sala de estar comedor, un baño, una cocina y una terraza relacionada con las estancias principales.
La construcción, de gran compacidad y resistencia térmica, encuadra las vistas situadas a Sur mediante una fachada totalmente vidriada que, conjuntamente con un lucernario lineal situado a las habitaciones orientadas a Norte, actúa como captador solar en los períodos de invierno.
Además, las protecciones solares de las ventanas, la fachada ventilada de madera, el uso de una cubierta vegetal de gran resistencia térmica y alto valor paisajístico, y un diseño que facilita la ventilación cruzada han permitido reducir la demanda de calefacción por debajo de los límites del passivhaus (15 Kwh/m2a)!!! La pequeña demanda resultante, 9 Kwh/m2a, se resuelve mediante dos chimeneas.
La posibilidad de gozar de espacios abiertos y diáfanos que encuadren la sierra de Collserola, la integración con el terreno existente, el confort térmico y el uso de materiales saludables y ecológicos son los logros de esta obra.
Fotógrafías: © Adrià Goula Photo