Trece en Valencia, un espacio para gastrónomos, artistas y curiosos.
Trece es también un punto de encuentro, un espacio intermedio, cuyo interiorismo estaba casi obligado a mezclar estilos, siguiendo el espíritu del negocio. Para ello Fourmi Rose ha colaborado estrechamente con el diseñador Francisco Segarra, cuya firma de muebles les ha proporcionado justo lo que buscaban: que fuera un poco industrial, un poco decadente y, definitivamente, sofisticado. Los pequeños detalles son los que cuentan.
Por ejemplo, conservar algunos elementos originales de la vida anterior de este local, situado en el barrio del Carme. Así pues, aparte de mantener las paredes imprescindibles, han dejado los ventanales, con su respectivo enrejado, y algunas lámparas. El resto se ha renovado completamente, separando la zona de restaurante de la del showroom y la del escenario reservado para la tertulia y las proyecciones.
Para conseguir esa mezcla entre decadente y sofisticada, el estudio – que también se ha encargado del naming, la construcción de la marca, las piezas de identidad corporativa y la página web – ha combinado materiales como la madera, las baldosas hidráulicas y el cemento fratasado. Así pues el pavimento de baldosas hidráulicas va acompañado de madera de bambú carbonizado, proporcionando un resultado muy cálido y natural.
Por su parte, las baldosas, con un dibujo de mosaico, ayudan a romper la longitudinalidad del local y –dispuestas en el reservado, el perímetro de la barra y en la trasera del escenario– dibujan los diferentes espacios.
Más detalles para transportarnos a otros lugares y otra época: la barra de reminiscencias inglesa. Se ha revestido con paneles antiguos de hojalata prensada y va acompañada de taburetes de hierro con reposapiés y asientos de madera. Para darle un toque antiguo al conjunto del bar, la estantería detrás de la barra –de hierro fundido– ha sido oxidada por reacción química.
También destaca el sofá Chester de piel de la zona del escenario junto al baúl de madera serigrafiada que sirve de mesa.
Los elementos decorativos son fundamentales para otorgar el aspecto vintage. El estudio, dedicado a la gestión de servicios de comunicación, diseño, marketing, multimedia y artes gráficas, ha conseguido varias piezas de la primera mitad del siglo XX como una báscula de cerámica esmaltada en blanco, una refresquera alemana, una cortadora de quesos, un fonógrafo suizo, relojes, hormas, interruptores, cajas de latón y periódicos valencianos.
La vajilla del restaurante –con una carta de productos de mercado y elaboración sencilla como croquetas, embutidos y ensaladas – sigue la estética de las baldosas con los platos dibujados con mosaicos de estilo árabe. Estos platos combinan con salvamanteles de papel sulfatado de carnicería.
El restaurante fomenta la costumbre europea de compartir las mesas. Éstas, por cierto, están hechas de madera de mango y bandejas de zinc en el centro. Las sillas, por su parte, combinan modelos de ratán trenzado de color marrón con sillas robustas de estructura metálica y asientos de madera.
Por último, la iluminación combina lámparas colgantes de estilo industrial, apliques de lámparas Jieldé y lámparas de techo en cristal y metal. “Todas con bombillas decorativas de filamento de carbono, que aúnan pasado y tendencia para crear un ambiente cálido y agradable”, explican desde el estudio.
Fotografías cortesía de Fourmi Rose
TreceCalle Calatrava, 12
Valencia
Reservas: 667 719 897 – 96 113 26 15