La Casa Mordida, de Arnau Vergés: una caja silenciosa con un dulce interior.
Ubicada en Sant Feliu de Pallerols (Girona) y rodeada por el rio Brugent, un paisaje de riscos a los lejos y el campanario a modo de estampa, este cubo de hormigón diseñado por el arquitecto Arnau Vergés se muestra silencioso, observante y respetuoso con su alrededor. Pero está vivo e interactúa con el exterior. Es más, pese a la dureza de su aspecto, tiene vocación de fruta, ya que a través de cuatro mordiscos se descubre la dulzura de su interior.
Mordiscos. Así es como define Vergés la afectación de las cuatro fachadas. Uno por cara, en la esquina y opuestos entre sí. El objetivo es relacionarse con el exterior con el mínimo número de gestos pero con la máxima contundencia.
En la planta baja de la vivienda familiar hay dos por tanto. Uno sirve para acceder a la casa y como garaje abierto. El otro actúa como porche y salida al jardín, conectando la cocina y el comedor con el exterior.
En la planta de arriba las roturas corresponden a terrazas. Aquí hay dos habitaciones, una estancia abierta, dos baños y dos lucernarios verticales en los tabiques que proporcionan luz a la planta baja.
La rotura de la caja también se aprecia en el interior. No pretende ser un espacio cerrado, de modo que se ha optado por una distribución fluida y que evite en la medida de lo posible la sensación de división. Por ejemplo, utilizando el mismo pavimento de madera en toda la planta y optando por puertas correderas para una mayor conexión de los espacios.
La elección de los materiales también corresponde al objetivo de dar continuidad a todo el proyecto, así que cuántos menos, mejor. En este caso hormigón y madera. El primero se ha empleado en la estructura, la fachada y en detalles del interior, como la chimenea.
La madera por su parte reviste los mordiscos como si la pulpa de la fruta quedara a la vista. Los listones verticales guardan a su vez una relación con el espacio natural del exterior. Más detalles de continuidad: la prolongación del pavimento de la acera hasta el acceso de entrada.
La casa está ubicada en una parcela abierta, sin verja alguna. Esto está hecho a propósito. Vergés no quería más protección o límites que los que imprime la propia caja. Ahora bien, los arbustos han sido colocados de manera estratégica para otorgar la sensación de transición y, al mismo tiempo, cierta dificultad para el acceso.
Otro aspecto a destacar de este proyecto es la original solución que ha adoptado para proporcionar luz a la planta subterránea. La falta de entrada de luz natural ha sido sustituida por ventanales con vistas al interior de la piscina del jardín.
Por último, la conexión dentro-fuera se apoya en soluciones tecnológicas como las correderas Saphir de Technal, de diseño robusto pero línea esbelta, y las ventanas N’Epure dela misma casa, cuya hoja oculta detrás del marco minimiza el perfil de aluminio visto y aumenta la superficie de acristalamiento.
La firma, por cierto, le otorgó al proyecto una Mención Especial en la categoría VIVIR del Palmarés Architecture Aluminium Technal 2013, por la capacidad “de dar respuesta a un entorno y un programa específico, a través de una sencilla operación de sustracción”.
Fotografías: Marc Torra