Lázaro Rosa-Violán se imagina un Bach de lo más ‘punk’ en la nueva brasserie que conquista Madrid.
Al más puro estilo de las brasseries internacionales de capitales como Londres o Nueva York triunfa en Madrid Punk Bach, un espacio único cuya decoración corre a cargo del famoso interiorista barcelonés Lázaro Rosa Violán.
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Punk Bach tiene dos caras y trata de reflejar el lado Punk y el lado Bach que todos tenemos. El yo más transgresor y rebelde frente a la calma, el saber hacer y el trato más exquisito se unen en un mismo espacio, que va cambiando a lo largo del día, para ofrecer su mejor versión en cada momento. Su música, al igual que la luz, cambia según el momento…y la zona del restaurante.
Un entorno moderno y cosmopolita (#somospunk), enclavado en el nº 74 del Paseo de la Castellana con una propuesta gastronómica (#somosbach) de brasserie clásica centrada en producto de primera.
Su autor, Lázaro Rosa-Violán, –que se autodefine como un arqueólogo urbano y cazador de estilo– combina un amplio espacio de barra donde comer con pequeños booth con sillones corridos y una zona de restaurante.
Su intención ha sido confundir al visitante deliberadamente. Punk Bach es clásico pero a la vez moderno, elegante pero con un aire de desenfado. Para ello ha mezclado piezas que otros no se atreverían, ha llenado el espacio de elementos decorativos e información gráfica para dotarlo de una personalidad propia. Las mesas y las sillas han sido diseñadas ex profeso por el estudio, y se ha jugado a combinar tapicerías de muchos estilos.
Se ha cuidado mucho la iluminación y se ha usado mucho el espejo como un recurso para ampliar techos y como soporte de obra gráfica.
Los botelleros y la yuxtaposición de los diferentes motivos de los pavimentos componen un collage visual. El proyecto es el resultado de la gran libertad creativa que el cliente ha dado a los diseñadores y éstos lo han utilizado como un laboratorio para probar nuevas soluciones.
Punk Bach trata de transmitir un nuevo concepto de restauración, que va mucho más allá del plato. El cuidado más exquisito en cada detalle, desde la vajilla personalizada por los Hermanos Chichinabo con simbología punk y del mundo del tattoo (fabricada por Vista Alegre)… a los modernos pero elegantes trajes de sastrería que visten sus empleados, complementados por botas de tachuelas o pulseras punk.
La música dice mucho también de esta ilustrada y canalla brasserie, que pone a la disposición del comensal una perfecta selección musical elaborada por profesionales de primer nivel que varía de forma progresiva a lo largo del día. En los baños, una clara apuesta: por el día música de Bach y por la noche el Punk más rompedor.
Punk Bach abre todos los días en horario continuo, de 12:00 de la mañana a 2 de la madrugada y brinda a sus clientes la opción de llevarse una parte de la magia Punk Bach a casa. Su oferta es la de una cocina de brasserie clásica basada en el mejor producto y una presentación creativa y contemporánea, que cuenta además con platos para celiacos, productos ecológicos e incluso benéficos (destina 1€ de algunos platos seleccionados a Caritas).
De espíritu rebelde, Punk Bach es la elección perfecta para esos ‘cosmopolitas sin fronteras’, amantes de la belleza, de la buena comida y una buena conversación.