Un observatorio de aves en Holanda construido únicamente con paja y madera
Los estudios de arquitectura RAU Architects y RO&AD han diseñado en una reserva natural holandesa un observatorio de aves inspirado en la morfología, materialidad y funcionalidad de un nido.
Arquitectura biomimética
Probablemente la naturaleza sea la mejor fuente de inspiración para la arquitectura. No tan solo por la belleza de sus formas, sino por las cualidades intrínsecas de durabilidad, eficiencia y sostenibilidad que lleva implícitas. Es por ello que en las últimas décadas estamos experimentando un auge de la llamada arquitectura biomimética. Una corriente que busca diseñar edificios inspirados en los procesos, morfología y funcionalidad de los organismos vivos.
Un ejemplo de esta tipología arquitectónica contemporánea lo encontramos en Holanda, concretamente en la reserva natural de Scheelhoek. Los estudios de arquitectura RAU y RO&AD han diseñado ‘T IJ, un observatorio de pájaros inspirado en el nido de una de las aves autóctonas; el charrán patinegro. De este modo, el proyecto, construido con materiales locales, adopta la forma de un huevo asentado sobre una base de arena, cáñamo y juncos.
Una estructura de madera parametrizada
La estructura ha sido diseñada paramétricamente para obtener el equilibrio perfecto entre forma, disposición y dimensión de los 402 listones de madera ensamblados insitu que sustentan el conjunto. Éstos a su vez actúan como una celosía a través de la cual incide la luz natural y garantiza al usuario las mejores vistas de las aves de Scheelhoek.
Un nido a escala humana
El revestimiento exterior de ‘T IJ se materializa mediante un tapiz continuo fabricado gracias a la agregación minuciosa de piezas de caña local. En cuanto a la madera utilizada en la estructura, existen dos zonas diferenciadas debido a la climatología local. La parte inferior se ha construido con vigas de Accoya, una tipología de madera acetilada para ser resistente al agua, ya que se espera que la zona quede inundada varias veces al año. La parte superior, en cambio, incorpora madera de pino, aportando calidez y luminosidad al conjunto.
Por último, vale la pena destacar el componente efímero y circular de esta construcción. Como si de un nido real se tratase, se puede desmontar muy fácilmente pudiendo reutilizar sus piezas en otra ubicación o para llevar a cabo otro proyecto.
Fotografía: Katja Effting