Toronto: cómo mitigar el impacto del cambio climático a través del urbanismo
La ciudad canadiense es otra de las grandes urbes que apuesta por implementar áreas verdes para reducir las emisiones de carbono. En concreto, Toronto cumple desde hace años con un reglamento sobre techos verdes para edificios de nueva construcción o ampliaciones.
Techos verdes por reglamento
El cambio climático es uno de los desafíos que tienen por delante los gobiernos, pero también las ciudades. En este sentido, son varias las localidades alrededor del mundo que están centrando sus esfuerzos en reducir su impacto ambiental a través de la arquitectura o el urbanismo. Desde fomentar el uso de transporte público, construir edificios sostenibles o incluir a la población de manera activa en la ciudad. Toronto ha dado un paso más allá y desde 2009 ha instalado por decreto un reglamento que vincula la arquitectura con la sostenibilidad.
El Reglamento sobre Techos Verdes de Toronto exige la construcción de terrados verdes en todos los nuevos edificios, así como también en las ampliaciones que conlleven una superficie bruta superior a 2.000 m2. La normativa contempla que el techo verde contemple entre el 20% y el 60% del espacio disponible en el tejado, mientras que en los edificios industriales la cifra es del 10%, suplantable por materiales frescos que cubran el 100% del espacio disponible.
En 2013, el programa de techos verdes de Toronto se amplió también al sector residencial, lo que supuso un incremento en las aplicaciones y adopción de este tipo de construcciones sostenibles en la ciudad canadiense.
Los beneficios de los techos verdes
Los terrados verdes o con vegetación ofrecen múltiples beneficios para el medioambiente, desde el ahorro de energía, la reducción de gases de efecto invernadero, la absorción del calor, etcétera. Toronto cuenta con un plan de subvenciones que proporciona cien dólares por metro cuadrado para la instalación de estos techos verdes y hasta mil dólares para realizar la evaluación estructural previa a la obra.
Para alcanzar estos incentivos, los edificios deben cumplir con ciertos requisitos, como contar con un Índice de Reflectancia Solar (SRI) mínimo de 78 para techos de baja pendiente o SRI de 29 para techos de pendiente pronunciada.
Además, los techos deben tener una emisividad superior a 0,9, una reflectancia solar inicial de 0,65 y no contener amianto, mercurio o sustancias que agotan la capa de ozono (SAO), así como compuestos orgánicos volátiles (COV)
Otros de los beneficios que ha obtenido Toronto con sus techos verdes es disminuir a nivel urbano las islas de calor que genera la ciudad, así como mantener el agua de lluvia, conservar la biodiversidad y la eficiencia energética de los edificios. En los primeros cinco años de su implantación, el programa de techos verdes de Toronto llegó a sumar 233.000 metros cuadrados de superficies verdes, hasta 112 edificios.