Rafael Moneo: el primer Pritzker español detrás de Atocha, el Kursaal y el Museo del Prado
La trayectoria de Rafael Moneo ya cuenta con un legado extraordinario en territorio español. Pero sus obras también se han extendido a países como Estados Unidos, Suiza o Finlandia.
Un exponente de la arquitectura española
Para muchos arquitectos, construir edificios emblemáticos de su país puede ser su mayor utopía. La estación de trenes Atocha, el auditorio Kursaal o el Museo del Prado son sinónimos de la cultura española actual y detrás de ellos, el mismo denominador común: la firma de Rafael Moneo. Nacido en Tudela, Navarra, la obra de Moneo ha estado fuertemente vinculada a edificios que transmiten la cultura, no sólo de España, sino del resto del mundo, ya que ha proyectado en ciudades como Los Ángeles, Beirut o Londres. Gracias al reconocimiento internacional, Rafael Moneo fue el primer español en recibir un premio Pritzker.
Graduado en la Escuela de Arquitectura de Madrid, el arquitecto español comenzó su carrera profesional colaborando con estudios en el extranjero, desde Copenhague a Roma o Helsinki. Además, Moneo ha dedicado gran parte de su trayectoria a la docencia, dando clases en diferentes escuelas y universidades.
Sus obras se caracterizan por el enfoque moderno y contextual, con líneas sobrias y funcionales, con una capacidad para crear edificios contemporáneos que dialogan armoniosamente con su entorno, ya sea histórico, cultural o urbano.
Un recorrido por su legado en España
El legado arquitectónico de Rafael Moneo en España se extiende a lo ancho y largo de todo el país. El primero de sus trabajos fue la ampliación de la Plaza de Toros de Pamplona, para la que ganó el primer premio del concurso. Sin embargo, su primer gran encargo fue la sede de Bankinter en Madrid, llevada a cabo entre 1972 y 1976.
La ampliación de la Estación de Atoche fue un momento álgido en su carrera. El proyecto presentado por Moneo proponía convertir la fachada naciente de la marquesina histórica de la estación en la nueva puerta de entrada. Junto a otras remodelaciones, la obra daba prioridad a la noción de continuidad urbana. De hecho, entre 2007 y 2012, Moneo trabajó junto con Pedro Elcuaz en una segunda ampliación para mejorar el tránsito con la nueva línea de trenes de alta velocidad entre Barcelona y Valencia. Para este proyecto se propuso una nueva geometría para la sala hipóstila y un enérgico cambio de color, con la estructura metálica pintada ahora de blanco que permite identificar las distintas etapas del crecimiento de la estación.
Del Kursaal al Museo del Prado
El Auditorio y Centro de Congresos Kursaal logró también convertirse en un emblema de la ciudad de San Sebastián. Para desarrollar el proyecto, Moneo tomó como inspiración la desembocadura del río Urumea. La reacción del arquitecto frente al mismo fue evitar que se convirtiese en una mera extensión de la forma urbana. El resultado fueron dos cubos que se inscriben en el paisaje, acusando la presencia del monte Urgull y del monte Uría. La dificultad radicaba entonces en mantener la condición abstracta de la propuesta, en materializarla y convertirla en un edificio. Algo que dio lugar a que Moneo explorase el potencial de un material con el que no había trabajado hasta entonces: el vidrio.
Entre 1998 y 2007, Rafael Moneo estuvo a cargo de otra gran ampliación, la del Museo del Prado de Madrid, a la que llegó mediante concurso que ganó de manera unánime. La obra es en sí una intervención a la ciudad más que al museo en sí, ya que contemplaba disponer el Claustro de los Jerónimos. En el resto de España, Moneo ha llevado adelante más de medio centenar de obras como la Torre Puig en Barcelona, el Ayuntamiento de Logroño o el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.
Desarrollo y reconocimiento internacional
La década de los noventa supuso el impulso internacional de Moneo. Tras varios años participando en concursos de obras en el exterior, el arquitecto español fue seleccionado para el diseño de Davis Museum en Massachusetts, Estados Unidos. Otras obras relevantes de Rafael Moneo en el extranjero son el Museo de Arte Moderno y Arquitectura de Estocolmo, el Museo de Bellas Artes en Houston o el hotel Hyatt y edificio de oficinas de Mercedes Benz en Berlín.
La catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles en Estados Unidos es otra muestra del intenso trabajo de Moneo. Para este proyecto, el español compitió con gigantes como Frank Gehry, Santiago Calatrava o Denise Scott-Brown. Construida en hormigón armado coloreado, la iglesia cuenta con elementos característicos de la arquitectura religiosa, pero con otros innovadores. Se respetó la orientación a naciente de los ábsides de las iglesias y que la planta de la catedral respondiese a la tradición cruciforme. De esta forma, Moneo realizó una inversión de términos como el acceso desde la cabecera, las capillas que no se abren a la nave sino a un deambulatorio.
El comienzo de la construcción de la catedral de Los Ángeles coincidió con un gran reconocimiento para Rafael Moneo. En 1996 se convirtió en el primer español en recibir el premio Pritzker, ganando reconocimiento mundial por su arquitectura. Años más tarde, Moneo se haría también con el Van der Rohe, el Príncipe de Asturias de las Artes o el Praemium Imperiale.
Fotografías: Michael Moran/OTTO