Molduras, mosaicos Nolla y obras de arte comulgan en este piso del Eixample reformado por Júlia Brunet.
Ubicada en Rambla Catalunya, la vivienda de 200m2 ha recobrado todo su esplendor y potenciado sus elementos históricos de arquitectura. El estudio de interiorismo de Júlia Brunet ha convertido este piso del Eixample de Barcelona en un hogar acogedor, amplio y luminoso.
Una casa pensada para vivirla y disfrutarla
Bajo la premisa de transformar una vivienda en un hogar que invite al disfrute, pero mantenga los elementos originales, el estudio Júlia Brunet Interiorisme reformó este magnífico piso del Eixample de Barcelona. La vivienda contaba con características únicas como techos muy altos, molduras, suelos originales Nolla y grandes ventanales, que fueron puestos nuevamente en valor para recuperar el esplendor de la casa.
El piso, de 200 m2, se ubica en una finca regia de la Rambla Catalunya de Barcelona. Como resultado de la reforma en manos de Júlia Brunet, la vivienda se transformó en acogedora, amplia y luminosa, respetando el carácter clásico del edificio. La fusión de pasado y presente caracteriza el diseño interior, consiguiendo una vivienda elegante y funcional, de estética contemporánea.
El proyecto de reforma de este piso se ha centrado en maximizar la entrada de luz natural a la vivienda y aportar un aspecto moderno y contemporáneo a un piso de estilo clásico y señorial.
Para lograr este resultado, el proyecto de iluminación de Júlia Brunet en este piso del Eixample ha sido clave. En este sentido, se han configurado diferentes ambientes y espacios lumínicos que, además de adaptarse a las distintas necesidades, realzan la arquitectura y los detalles de la vivienda.
Por otra parte, la elección de materiales naturales ha resultado esencial para combinar con el mosaico Nolla que pavimenta toda la vivienda, excepto la zona de aguas, para la que se eligió un parquet que añade un punto clásico al espacio.
Un gran arco de madera, techos artesonados y chimenea para el majestuoso salón
Un recibidor y un amplio distribuidor dan la bienvenida al magnífico salón. Obras de arte de gran formato decoran el recorrido, aportando contundencia y grandiosidad a los más de cuatro metros de altura. El salón y el comedor quedan conectados a través de un gran arco de madera lacada que, junto a los techos artesonados y el suelo original de mosaico Nolla, enfatizan con solemnidad la identidad regia de la vivienda.
Para el mobiliario se han escogido colores y texturas muy neutros, en tonalidades tierra. La generosa luz natural se amplifica gracias a un espejo enorme que cubre una de las paredes. El toque de color lo pone el naranja de las butacas Utrech Xl de Cassina; la chimenea contrasta en negro y mármol.
Una cocina minimalista con obras de arte y una terraza acogedora
Una ventana conecta el comedor con la cocina, potenciando así la proyección de la luz natural hacia el interior. La cocina es de corte minimalista, en color blanco, con una isla central ligera. Una selecta composición de coloridas obras de arte en distintos tamaños y la lámpara Disa de Coderch aportan carácter y personalidad a la estancia.
Otro de las grandes joyas arquitectónicas que contaba este piso del Eixample reformado por Júlia Brunet es la terraza. Conectada con el salón comedor por una luminosa galería, el espacio exterior cuenta con una zona de despacho en un extremo y en el otro, un área de lectura y descanso.
La terraza se ha convertido en el perfecto oasis gracias a su revestimiento de rasilla cerámica tradicional, las plantas naturales en grandes maceteros de cerámica y el mobiliario exterior en tonos claros y neutros.
Dos habitaciones señoriales, pero modernas
La vivienda reformada por Júlia Brunet cuenta con dos habitaciones: una suite y una infantil. La habitación de matrimonio cuenta techos artesonados en blanco, en contraste con las paredes pintadas en gris. La gran protagonista del dormitorio es la imponente cama con dosel, de estructura en negro y estilo sobrio.
Algunos elementos en dorado, como las lámparas, así como distintas obras pictóricas, suman personalidad. La estancia recibe luz natural del exterior a través de un balcón. Este dormitorio y el baño se conectan a través del vestidor.
Por otra parte, en la habitación infantil, se optó por pintar el techo y las carpinterías de color rosa. De esta manera, se logró resaltar los rosetones y elementos originales del piso, combinándolos con mobiliario en color blanco.
Fotografía: Elton Rocha