Cómo tapizar un sofá Chester (y no morir en el intento).
El sofá Chester de estilo eduardiano, que se popularizó en los clubs ingleses del XIX, es quizás el diseño más clásico de asiento que pervive presente en nuestros días. Hoy en día, tapizar un sofá Chester sigue siendo un proceso totalmente artesanal para conseguir su famoso acabado capitoné.
El sofá Chester y su famoso tapizado
150 metros de hilo para puntadas, 60 muelles bicónicos, 14 kilos de haya estacionada, 70 clavos revestidos en piel, 15 kilos de crin, 18 metros de correas de yute, 10 metros cuadrados de piel… Estos son los ingredientes del laborioso trabajo que lleva tapizar un sofá Chester, uno de los sofás icónicos en la historia del mobiliario.
Sofás de diseño hay muchos, pero el modelo Chester le debe su fama a Poltrona Frau, la más prestigiosa casa italiana de mobiliario, que lo hizo suyo en 1912 al lanzar el modelo Chester y su evolución Chester One, ambos tapizados en piel. Y desde entonces, este modelo clásico de sofá es un habitual en decoración, pero ¿cómo tapizar un sofá Chester?
Cómo tapizar un sofá Chester
Primero se construye una estructura a base de madera, muelles, cuerda, correas y crin de caballo; se incrustan a continuación los botones en la piel para formar el característico acabado de rombos; y se forra la estructura de madera cosiéndola totalmente de manera manual.
El proceso de confección es completamente artesanal. El resultado, una pieza tan exquisita y atemporal como la propia piel curtida por el tiempo. Un diseño infalible que eleva cualquier salón a la categoría de clásico.