El verde inunda ‘Greta Salad Bar’, un original restaurante en Madrid diseñado por estudio DIIR.
'Greta Salad Bar' es un restaurante de comida saludable que ha sido inaugurado recientemente en Madrid. El local destacada por una atmósfera en color verde que pretende conectar con los valores de la marca y de la naturaleza, englobados bajo un espectacular diseño de estudio DIIR.
Arquitectura experiencial e imagen de marca
Es curioso observar como ha avanzado la publicidad y el márketing asociado a espacios comerciales y restaurantes. Antiguamente era suficiente con un cartel situado en el exterior para alentar a los posibles consumidores a entrar al establecimiento en cuestión. Hoy en día, absorbidos por la sociedad de la inmediatez y el hiperconsumo, los clientes quieren más. Para saciar esta necesidad incesante de emociones, los espacios retail han apostado por la llamada arquitectura experiencial y conseguir el «efecto wow» necesario para atraer visitas.
Esta tendencia tiene el peligro de caer en la banalidad formal si no existe un proyecto de interiorismo que sustente la idea inicial. Con ello nos referimos a la necesidad de plantear un concepto que sirva de hilo conductor entre usos, colores, formas y texturas que debería estar sustentado en los valores de la marca.
En este contexto, un buen ejemplo para ilustrar estos conceptos es el restaurante Greta Salad bar diseñado por estudio DIIR. Se trata de un proyecto que tiene como objetivo transmitir los valores saludables de la marca mediante el uso del color verde. Éste elemento se convierte en el protagonista indiscutible del local e inunda el espacio de manera radical.
Un restaurante original en Madrid de mucha altura
Formalmente, ‘Greta Salad Bar’ se articula mediante varios niveles. Esta decisión, aparentemente aleatoria, tiene que ver con la dimensión extremadamente alargada que presentaba el local original. Por ello, los 80m2 de superficie se distribuyen en tres zonas diferenciadas únicamente en sección, para no caer en la compartimentación de un espacio tan reducido.
De este modo encontramos, de manera sucesiva, una barra que actúa como elemento de bienvenida y un graderío a modo de anfiteatro que salva el desnivel y proporciona asiento a los comensales. Por último, el local se completa en el nivel superior mediante una zona de comedor compuesta por una bancada perimetral de obra y vegetación natural.
Mismo color, diferentes texturas
Aunque el verde sea omnipresente en todo el restaurante, éste se materializa de diferentes formas. El proyecto apuesta por utilizar una gran variedad de materiales y elementos constructivos para configurar una narrativa compleja pese al empleo de un único color. Un imaginario donde coexisten revestimientos continuos, cerámica, piedra y hasta una celosía.
Fotografía: David Zarzoso