¿Cómo es una Passivhaus por dentro?
Castiza & Charrúa, un estudio de interiorismo con sede en Madrid, ha llevado a cabo la rehabilitación de una Passivhaus -o casa pasiva- en un pueblo a las afueras de Valencia. Una apuesta por los tonos cálidos, las texturas de los materiales y una selección de piezas artesanales es la carta de presentación de un proyecto singular y con una alta eficiencia energética.
Construir una casa pasiva desde cero, la mejor manera de ahorrar energía
Todo empezó en 2015. Por aquel entonces, los socios de Innovahaus buscaban un espacio donde realizar talleres, rodajes y eventos privados. Ya entonces tenían claro que querían que reuniera todas las características de una casa pasiva o Passivhaus. Cuando encontraron el terreno ideal para establecerse, se pudieron manos a la obra. Bueno, en realidad fueron las arquitectas de Castiza y Charrúa, un estudio ubicado en Madrid, quienes se pusieron manos a la obra para hacer realidad el sueño de un cliente emprendedor y apasionado de la fotografía.
La construcción tardó un total de 9 meses en completarse y el interiorismo se dividió en dos fases. La primera fase se llevó a cabo a principios de 2016, mientras que la segunda fase se ha modificado en 2022. Las cosas de palacio van despacio.
Una casa sostenible en un entorno natural
El lugar elegido fue Loriguilla, un pueblito a las afueras de Valencia con mucho encanto. El embalse cercano y las numerosas rutas de senderismo hacen del entorno un enclave muy apetecible para vivir. Por eso era importante que, teniendo la posibilidad de construir desde cero, el proyecto fuera una casa ecosostenible con luz natural y una decoración modular.
Partiendo del espacio disponible, se levantó una edificación pasiva o Passivhaus de 3 bloques que suman los 850 m2, con techos que rondan los 9 metros de altura. Los espacios son completamente herméticos, con muros de madera con aislamiento calculado, libres de puentes térmicos y ventanas con triple cristal.
¿Qué es una Passivhaus o casa pasiva?
Lo fundamental para que una casa sea pasiva es que consuma muy poca energía. El estándar de rendimiento de una Passivhaus está estimado en un 90% menos de consumo de energía de calefacción y refrigeración que los edificios convencionales.
Para que la eficiencia energética de estos edificios sea la adecuada, deben cumplirse una serie de premisas en el diseño y la construcción: envolventes súper aisladas, construcción hermética, acristalamiento de alto rendimiento, detalles sin puentes térmicos y ventilación con recuperación de calor. El objetivo de todo ello es sencillo y, sin embargo, ambicioso: conseguir que haya recursos energéticos suficientes para todas las generaciones futuras sin causar ningún daño al medio ambiente.
Castiza y Charrúa han cumplido todos los preceptos de la sostenibilidad aplicada a edificios. Los espacios son completamente herméticos, los muros de madera de abeto y las vigas madera de haya aportan un aislamiento calculado, y las ventanas son de triple cristal.
Otro factor importante de la construcción de una Passivhaus es es el filtrado y calidad del aire. La ventilación de doble flujo permite la recuperación térmica con el consiguiente ahorro y eliminación de condensaciones y olores. En este caso, se renueva todo el volumen de aire cada 3 horas, reduciendo al mínimo la cantidad de polvo y el ruido es imperceptible.
La decoración de una Passivhaus también es importante
La decoración está en sintonía con la arquitectura. Se ha optado por la elección de materiales nobles como la madera, las fibras naturales y linos que tamizan la luz natural. Una apuesta más por las texturas y la selección de piezas artesanales de Calma Chechu, Zara Home, IKEA o Kave Home.
A veces es más importante conseguir un ambiente proclive al bienestar que llenar la casa de piezas de diseño carísimas. Y, al tratarse de un espacio para rodajes, unos pocos objetos bien elegidos son suficientes. En el comedimiento también está la virtud y está casa cuenta con algunas muy importantes, además de las mejores intenciones.
Fotografía: Octavuss