Ideo Arquitectura prescinde de lo superfluo en esta casa ultra minimalista en Chueca.
El estudio Ideo Arquitectura descubre la esencia de una vivienda situada en el corazón de Madrid eliminando las capas superficiales que la habían cubierto durante años. Tras la reforma, la luz natural inunda el espacio interior consiguiendo un resultado más amplio y ordenado.
Menos es más
Existe una falsa creencia que relaciona el minimalismo con la simplicidad. Para comprender la verdadera esencia de esta estética debemos remontarnos a principios del S.XX, época en la que se inició el Movimiento Moderno. Uno de sus máximos representantes, el arquitecto alemán Mies van der Rohe, acuñó una expresión que resume a la perfección la verdadera intención de esta corriente: menos es más.
Con esta afirmación se pone de manifiesto que la complejidad formal y el exceso de capas y revestimientos no hacen mejor un proyecto de arquitectura. El verdadero minimalismo se basa en la búsqueda de la perfección mediante la eliminación de lo superfluo.
Casa Blanca de Ideo Arquitectura es un buen ejemplo de un proyecto que toma el relevo contemporáneo de estos conceptos. Se trata de una transformación completa de una antigua vivienda situada en el madrileño barrio de Chueca. La reforma prescinde de todas las capas que ocultaban la verdadera esencia de la casa y añade únicamente aquello realmente necesario.
El color blanco como material con el que trabajar
El punto fuerte de esta reforma es trabajar con la ausencia. La falta de elementos predominantes que distraigan la vista hace que nos centremos en lo que realmente importa: espacios interiores confortables. Por ello, el color blanco -entendido en esta ocasión como un material que unifica y realza las bondades existentes- tiñe paredes, techos y mobiliario.
En cuanto al aspecto formal, la vivienda trata de optimizar el espacio y hacer que la luz natural incida hasta las zonas interiores de la casa. El acceso, por ejemplo, se organiza alrededor de un muro de hormigón in situ materializado en varias velas que dejan pasar la luz hasta la cocina. Además, este tabique aloja elementos servidores como estanterías y armarios de instalaciones.
Bóvedas, molduras y terrazo
Los detalles marcan la diferencia en esta reforma. En la parte superior de la vivienda, un sistema de bóvedas y una moldura raspada que recorre todo el perímetro aumentan la superficie total de luz y amplían visualmente la altura de los techos.
En cuanto al pavimento, se ha materializado mediante un único elemento. Se trata de terrazo blanco con pequeñas piezas de mármol verde de la marca Huguet. De este modo, el componente horizontal de la vivienda guarda relación con los paramentos verticales aportando luminosidad y vitalidad al conjunto.
Por último, vale la pena destacar el minucioso trabajo que se ha realizado en el diseño de la iluminación. Esta sigue el concepto de ausencia y desaparece ante la vista ya que queda oculta en las bóvedas.
Fotografía: Imagen subliminal (Miguel de Guzman + Rocío Romero)