Reforma de un ático en Gràcia con mucha madera y un suelo cerámico infinito.
Parramón + Tahull Arquitectes lleva a cabo una rehabilitación consciente en un ático de 70 m2. Ubicada en un edificio de 1900 en el barrio de Gràcia (Barcelona), la vivienda habla de tradición y modernidad a través de su interiorismo.
Devolver la tradición sin perder la contemporaneidad
Una vivienda con historia. Así es el ático que Parramón + Tahull Arquitectes ha reformado en el barrio de Gràcia en Barcelona. En este piso de 70 m2, el estudio ha querido recuperar la tradición introduciendo elementos contemporáneos.
A lo largo de los más de 100 años de vida de la vivienda, los propietarios que han pasado han ido haciéndola suya mediante diversas reformas. De esta forma, cuando el estudio de arquitectura llegó al ático, no quedaba prácticamente nada de los suelos, carpinterías y revestimientos originales. Solo unas bonitas y bien conservadas vigas de madera que cruzaban de un lado a otro los techos de la vivienda. Un elemento que se ha mantenido para otorgar carácter y tradición al interiorismo.
Además, las tres fachadas se han mantenido sin apenas cambios. En ellas, Parramón + Tahull Arquitectes ha querido devolver su esencia sustituyendo unas ventanas de aluminio por otras de madera, evocando las que existieron originalmente en este antiguo edificio.
70 m2 muy bien aprovechados
El reto ha residido en convertir una vivienda de tamaño reducido en un hogar cómodo y flexible para una familia de cuatro personas. Para ello, el estudio ha diseñado cada espacio con precisión para generar transiciones fluidas y favorecer la entrada de la luz natural.
En la entrada de la casa sorprende una gran caja de madera que delimita la cocina, las estanterías y el almacenaje. Su interior alberga dos dormitorios destinados a las dos hijas adolescentes de la familia. Unos lucernarios situados en las paredes de los dormitorios interiores riegan de luz todos sus rincones sin perder la intimidad necesaria.
Las zonas comunes como el salón, el comedor y la cocina abierta se han situado en el espacio que ocupa la fachada. En el extremo opuesto de la vivienda se encuentran las zonas más privadas como el dormitorio del matrimonio y su baño.
El almacenaje es imprescindible
En una vivienda familiar y permanente de 70 m2 en la que conviven cuatro personas el almacenaje es fundamental. Por eso, el estudio ha diseñado un gran volumen de madera destinado únicamente a guardar cosas. Además, se ha creado un gran vestidor que ocupa el centro de la casa y un espacio abierto al pasillo que se convierte en un coqueto estudio para el teletrabajo.
Materiales naturales
El estudio de arquitectura ha puesto especial atención en la elección de la materialidad, apostando por el mármol, la madera o revestimientos cerámicos.
El nuevo pavimento continuo que combina el color blanco con la arcilla cocida se extiende a lo largo de la casa dotando una gran sensación de amplitud.
Los muebles diseñados a medida juegan en la misma gama de colores que los materiales para generar serenidad, orden y equilibrio en toda la casa.
También se ha cuidado el confort térmico a través de diferentes elementos como los ventiladores de techo, la calefacción con radiadores de agua, la climatización artificial y la ventilación cruzada.
Fotografía © Judith Casas