Esta colorida academia de idiomas se inspira en el Madrid más castizo.
El estudio de interiorismo Mikamoka ha diseñado una escuela de español que toma como referencia la cultura madrileña para ofrecer al estudiante una experiencia inmersiva.
Los cafés literarios del S.XX como referencia
Un proyecto de interiorismo tiene la capacidad de transformar un espacio en otro muy distinto. Envolvernos para que experimentemos sensaciones nuevas o para hacernos recordar lugares ya vividos. Por ello, el estudio Mikamoka tuvo claro el punto de partida en esta reforma en Madrid. El interior de la nueva academia de español Expanish debía ser capaz de transportar a los estudiantes extranjeros a los cafés literarios del S.XX y hacerles sentir en primera persona la cultura más castiza de nuestro país.
La experiencia inmersiva comienza desde el umbral de esta academia de idiomas en Madrid. Situada en el barrio de Salamanca, nos recibe con una fachada que recuerda a las entradas de los típicos bares castizos de la ciudad, con colores granates y un gran rótulo dorado sobre negro.
Dos plantas combinan elementos clásicos con diseños contemporáneos
El interior de Expanish sigue la misma esencia. Desarrollado en dos plantas, cuenta con una recepción, cafetería y zona de estar en el nivel inferior y un conjunto de aulas en la planta superior.
La estética del proyecto mezcla elementos clásicos y teatrales como el suelo de damero y las lámparas doradas con otros más contemporáneos como la colorida estantería a medida de la zona de estar o el neón que preside la zona pública.
Colores vivos, cortinajes y Art Nouveau
Otro elemento estrella que contribuye a la separación y organización de los espacios interiores son las cortinas. Presentes en todos las zonas de esta academia de idiomas en Madrid, destaca la que se encuentra en el pasillo central. Se inspira en los trajes regionales madrileños.
Por último, vale la pena mencionar los detalles pintados a mano en la señalética del recorrido interior. Se trata de un claro guiño a la estética Art Nouveau de principios del S.XX.
Fotografía: Gloria Byler