Ramos Bilbao Arquitectos demuestra que hormigón, sostenibilidad y estética son compatibles.
El estudio Ramos Bilbao Arquitectos ha diseñado un conjunto de casas sostenibles en el País Vasco donde la experiencia geométrica, el juego de volúmenes y la robustez de un material como el hormigón convergen en un objetivo común: sostenibilidad, experiencia estética y durabilidad. La eficiencia energética es la clave del proyecto Casas Loiola.
Casas Loiola
El objetivo a la hora de diseñar este conjunto de casas sostenibles era lograr espacios verdes e iluminación natural. El proyecto Casas Loiola, del estudio Ramos Bilbao Arquitectos, parte de la experimentación volumétrica para dar solución a un problema existente en la zona. En concreto, se ubica en la localidad de Sopela, País Vasco. En esta zona, muy explotada urbanísticamente, se han ido creando parcelas longitudinales muy estrechas, con zonas ajardinadas poco útiles y viviendas con poca iluminación natural. Resolver ambos problemas fue el reto de los arquitectos.
Juegos volumétricos
La solución planteó una serie de giros y un juego de deslizamientos volumétricos. El movimiento en planta liberó a las viviendas del yugo de los ya tradicionales “jardines parterre” permitiéndoles disfrutar de un amplio espacio verde a cada una de ellas. Con esta solución, la iluminación solar directa está presente durante prácticamente todo el día.
De esta manera, las viviendas con su jardín pasaron de ser encorsetadamente longitudinales a conformar una “L” en planta baja. La planta baja coincidía en límites con la planta de sótano, lo cual generaba problemas de privacidad entre los propios vecinos. Esta característica, tan importante en nuestra cultura, y sobre todo en la vasca, se resolvió mediante un interesante juego de planos ejecutados en hormigón visto. Con ello, el usuario se orienta hacia sus zonas verdes y la visibilidad de los jardines colindantes queda limitada. Así, se garantiza la intimidad.
Resistente y sostenible
La materialidad robusta del hormigón visto que finalmente se acabó planteando en forma de deslizamiento de las piezas, garantiza la durabilidad. En esta zona costera, su resistencia y el bajo mantenimiento se convierten en un gran valor añadido, pues el salitre suele generar mucho deterioro en los materiales.
La configuración y el equipamiento de las viviendas, cerramientos e instalaciones están orientados a lograr la máxima eficiencia energética posible. Así, el consumo y las emisiones quedan reducidas a cero mediante la producción sostenible de toda la energía necesaria. En este caso, mediante bombas de calor geotérmicas. El leve impacto de estas casas, además de su durabilidad, las convierten en un ejemplo de arquitectura sostenible.
Fotografías: Pedro Pegenaute