Una encimera negra, un mueble de madera y espacios flexibles en esta reforma en Vigo.
El estudio de arquitectura gallego Erbalunga ha reestructurado la disposición formal de las piezas de una vivienda en Vigo. Con esta reforma, se ha conseguido dotar de mayor luminosidad las estancias, y alcanzar la continuidad espacial entre ellas. Ahora el usuario puede descubrir de forma lógica el funcionamiento de la casa.
Secuencia de espacios e incidencia de luz natural
Algo habitual que sucede en viviendas situadas en cascos históricos es su excesiva compartimentación. El estado previo de esta reforma en el centro de Vigo presentaba demasiadas estancias, de pequeña superficie y carentes de buena iluminación y ventilación.
Erbalunga estudio generó una secuencia de espacios servidos, dispuestos en función de su grado de privacidad: primero los más públicos y después los más privados.
La planta de esta vivienda de 100 m2, de forma rectangular, solo dispone de una fachada exterior por la que incide luz natural. Por ello, se intentó que la nueva reestructuración de piezas permitiese maximizar la luz que entra por la fachada principal y hacerla llegar hasta las partes más oscuras, como el acceso de la vivienda.
Organización de espacios mediante un mueble central
La pieza central de la vivienda consiste en un mueble de madera de eucalipto de trazado curvo. Este elemento, hecho a medida para el proyecto, tiene una doble función: organiza espacialmente la vivienda, a la vez que sirve de almacenaje. Se entiende como un contenedor para los espacios servidores de la reforma como son electrodomésticos, instalaciones y elementos del baño.
Al compartimentar todos los elementos en una pieza central, se generan áreas diáfanas y flexibles a su alrededor. Esto permite que la vivienda se viva de manera libre y sin restricciones espaciales.
Color negro y madera de eucalipto
El concepto que transmite la materialidad escogida para esta reforma en Vigo es el contraste de colores e intensidades. Por una parte, destaca la calidez que aporta la madera natural de eucalipto, presente en revestimientos verticales del mobiliario a medida; y por otra, la sobriedad del color negro.
Los pavimentos y las paredes se tratan en tonos neutros para no competir con los elementos esenciales del proyecto. La estructura de hormigón se deja vista para conjugar con esa neutralidad de los elementos no esenciales.
Por último, destacar una encimera de granito en color negro Zimbabwe, como apéndice del mueble central. Con tacto suave, gracias al acabado flameado más cepillado de su superficie, ayuda a generar el espacio que integra la cocina, el comedor y el salón.
Fotografía: Iván Casal Nieto