Entramos en la casa del arquitecto Raúl Sánchez, en Poblenou.
Este es proyecto más personal del arquitecto Raúl Sánchez, su propia casa. Un piso en el barrio de Poblenou, Barcelona, que ha reformado por completo. En él conviven la arquitectura contemporánea con el pasado industrial de la zona. Su inspiración: Palladio, el famoso arquitecto veneciano del S. XVI, las formas geométricas, el rosa, el negro, el latón y los metales.
Mármol negro, latón y formas geométricas
El apartamento, de 90 m2, está situado en la planta alta de un edificio que hace chaflán, junto a las vías del tren, lo que le brinda amplias vistas hacia la montaña de Montjuïc. La madera negra, el latón, el acero, los mármoles y los colores rosas y blanco, junto con el cemento, configuran un universo sobrio y elegante. En él, el arquitecto Raúl Sánchez ha apostado por los contrastes: brillos y mates, rugosos y lisos con contrapuntos lúdicos y frescos, para crear ambientes sencillos y a la vez complejos.
Originalmente, la vivienda estaba distribuía según las dos crujías paralelas a la fachada, muy estrechas, de apenas 3m, con una secuencia de habitaciones muy pequeñas en cada una y que resulta imposible adaptar a la vida actual.
Lección de geometría: el cuadrado perfecto y el triángulo rectángulo
“El proyecto es la materialización de la arquitectura con la que me siento cómodo y con la que me gusta trabajar: figuras geométricas sencillas que en su composición espacial crean ambientes complejos, en los que la construcción, junto a los códigos materiales, termina de definir y completar los espacios, desdibujando sus límites», explica Sánchez.
Así, la casa forma un cuadrado perfecto, de 6,15 m de lado, y un triángulo rectángulo, que hace el giro del chaflán. Sólo hay cuatro habitaciones, como en las villas de Palladio, quien consideraba que cuatro habitaciones eran suficientes para una casa.
El cuadrado es el corazón de la casa
Acoge la cocina, el salón y el comedor, y espacios más libres para biblioteca, zona de lectura, zona de juegos… Se ha conseguido derribando los muros estructurales de la casa, y creando un refuerzo, patente en pilar de los antiguos muros. Esta columna revestida de latón forma una sutil división entre la zona de cocina y comedor y el resto del espacio de salón. Es un límite muy ligero, pero suficiente para insinuar el diferente uso de los espacios.
Detrás de este elemento, en la esquina destacan un sofá de piel natural diseño del estudio del arquitecto, junto a la mesa de centro Pedrera del diseñador español Barba Corsini que edita Gubi; y la alfombra redonda rosa PLY de MUT Design para Gan Rugs .
Las puertas de acero inoxidable con tiradores de dline son un diseño del arquitecto danés Knud Holscher, que distribuye Icónico. El comedor está decorado con una mesa y sillas de Ethnicraft, en roble, y con una lámpara de suspensión diseñada por Michael Anastassiades para Flos.
La cocina, un juego de materiales
La cocina resulta muy llamativa gracias al juego de materiales y mobiliario. Se ha equipado con modelos de roble cepillado a poro abierto teñido de negro, diseño de RSA, y otros superiores de acero inoxidable también del propio arquitecto. La encimera y los frontales son de acero inoxidable. El grifo es un modelo de Vola, la placa de gas de Barazza y los electrodomésticos de Smeg.
Junto al cuadrado, está el triángulo. No hay separación física entre ambos, pero, eso sí, el techo es más bajo e indica una transición de espacios. Este espacio triangular da acceso directo al resto de habitaciones: los dos dormitorios (uno con baño en suite) y un segundo baño. Se accede a ellos tras atravesar las puertas de acero que dan paso a otros ambientes. Estos están protagonizados por el color blanco combinado con suelo de madera de roble natural.
Materiales y colores que unen y separan
El material es el encargado de unir los espacios. Asimila distintas funciones con una misma textura. Esta cinta de madera se interrumpe con las puertas de las habitaciones, de acero inoxidable, enrasadas con la madera. Además, este mismo material remata las partes superiores de la cocina.
El resto del espacio central está pintado de blanco, a excepción de la pared de la librería, que tiene un fondo recortado de rosa pálido. Como vestigio de la estructura original, destaca el pilar central que ha vestido de latón. Se escenifica como un metal precioso, de nuevo hasta la altura del falso techo del triángulo. Así, se resalta su importancia ya que, además de reforzar la estructura, configura el área.
Mobiliario diseñado a medida y piezas icónicas
En un rincón del salón, visto desde la cocina, con el fondo de una estantería de Ondarreta, destacan piezas piezas icónicas del diseño contemporáneo. Encontramos la butaca BKF en piel de la nueva firma Isist Atelier, que promueve Andreu Carulla; la silla Plywood LCW de los Eames, de Vitra; y el carrito AJ trolley de Arne Jacobsen, que edita Fritz Hansen. De Jacobsen también es el flexo Aj, que edita Louis Pulsen. Más: la alfombra Wellbeing es de Ilse Crawford para nanimarquina. Y como piezas decorativas, destacan los jarrones Vasi y Unusal de Valeria Vasi. El cuadro lo firma Yaël Hupert.
Gran parte del mobiliario de la casa de Raúl Sánchez ha sido diseñado especialmente por el arquitecto, como las piezas de latón, el lavabo de mármol, o el propio sofá, en piel natural, que es un elemento arquitectónico más. “El resto son piezas fetiche para mí, como la silla BKF, el sillón LCW de Vitra, los manillones de Knud Holscher, o algunas piezas de Arne Jacobsen”, explica el arquitecto.
El baño principal, cuenta con encimera y lavabo en en mármol negro Macondo, diseño de RSA; grifería de Icónico; e inodoro de Flaminia. Aquí vuelve a aparecer la forma del triángulo. Incluso las baldosas del pavimento con piezas intercaladas dibujan diagonales.
En el dormitorio principal, la cama está acompañada con un cabecero de piel diseño RSA. Las mesillas de noche en latón también son diseño suyo. Las lámparas de noche, del mismo material, son de Metalware.
Fotografías: José Hevia