Frescos neoclásicos conviven con mobiliario de Stua en el palacio Casa Clascar.
En Vilafranca del Penedés (Barcelona) la histórica casa palacio del S. XVII Casa Clascar se ha transformado en una singular vivienda. Esteve Interiorisme ha rehabilitado una parte de su interior para crear un cómodo apartamento. El proyecto respeta la esencia original y destaca la contemporaneidad con mobiliario de diseño de Stua. Una prueba evidente de cómo lo clásico y lo moderno, bien acompasados, siempre funcionan.
Un evocador proyecto que combina la arquitectura clásica señorial con diseños de autor
Los propietarios, una pareja joven, adquirieron la planta noble. Junto a la entrada, es una de las áreas más interesantes, dadas sus pinturas ornamentales neoclásicas. Encargaron la reforma a Esteve Interiorisme.
El proyecto inicialmente se ciñe al amueblamiento, la iluminación y los retoques de posibles errores anteriores. Soluciones decorativas y textiles, y una intervención sin el menor impacto ambiental. «Nos encontramos con unos cuantos elementos desafortunados fruto de reformas anteriores, puertas nuevas con madera que no tenían nada que ver con la casa señorial, baños nuevos, pavimentos sintéticos.…»
En el centro del salón se crea una cómoda y actual zona de estar
El salón se ha decorado con dos piezas emblemáticas de Stua, dos sofás Costura enfrentados y, en el centro, la mesa Solapa. Detrás, unas puertas de cristal lo conectan al dormitorio. El suelo es el original de adobe restaurado.
El sofá Costura rinde homenaje a la noble tradición de sastrería a medida. En San Sebastián, cuna de Stua y de grandes modistos como Balenciaga, ha sido costumbre durante décadas que los pequeños talleres de costura vistan con trajes de corte perfecto a los donostiarras. Stua ha querido recuperar esta tradición, colaborando con expertos artesanos, para elaborar la tapicería de los sofás. Así, un traje a medida cubre la innovadora estructura interior.
La mesa Solapa, diseño de Joan Gasca Solapa, es una familia de mesas de centro cuya silueta evoca formas clásicas, con nuevas y singulares proporciones. Existen cuatro tamaños de tapa y varios colores: blanca, roble, nogal o Fenix negro. Las patas, blancas o negras, con dos alturas.
Un glamuroso rincón de lectura
Una butaca de la serie Costura y una mesa Marea componen un acogedor rincón de lectura, creando un cálido ambiente en una esquina del comedor. Marea es una mesa esbelta y ligera, con un pie de aluminio en forma de estrella. Un diseño versátil que, según su altura, sirve como mesa para el portátil, para cenar en la butaca o en el sofá. Incluso como pequeña mesa de comedor. Tiene distintos diámetros y alturas. El diseño es de Jesús Gasca.
Un práctico comedor entre pinturas del XIX
En el comedor, destacan la mesa de diseño y las sillas Laclásica que la rodean. Es la última creación del fundador de STUA, que recupera la tipología y el estilo de las antiguas sillas de madera. Laclásica redefine la tradición de una forma simple y contemporánea. Su silueta parece que siempre ha estado ahí, y sin embargo es nueva y vanguardista.
Laclásica es una silla llena de curvas que continúan las ondulaciones del cuerpo humano mimetizándose con ellas. Su forma es sensual y acogedora. En sus aspectos técnicos cabe destacar que el respaldo se funde con las patas de una manera fluida. Por debajo del asiento, una pieza de aluminio inyectado hace la función de estructura y le da enorme fortaleza. «Por eso decimos que Laclásica es una silla de madera con alma de aluminio», explica Gasca.
Un poco de historia…
El palacete perteneció durante generaciones a la familia Valles de Mas Suave (Font- rubí). En él viviría hacia inicios del 1700 un notario. Después fue habitada por el Sr. Clascar, alcalde de Vilafranca, que da nombre a la casa, entre los años 1883 y 1888. Parece que data de esta época la reforma de la planta noble y las pinturas de paredes y techos, de estilo neoclásico, imitando relieves, tapices y molduras. Bajo estas pinturas han aparecido otras seguramente de la restauración anterior al siglo XVII.
En 2018, a raíz de las obras de restauración y división de la finca, se solucionaron las patologías de los muros pintados, embigats y techos; se limpió y conservó todo lo que había perdurado. Los propietarios actuales han hecho restaurar los suelos de adobe y los elementos pictóricos que estaban más degradados, intervenciones que forman parte ya del proyecto de Esteve Interiorismo.
En definitiva, la Casa Clascar es un buen ejemplo de una arquitectura muy bien restaurada con unas pinturas neoclásicas del XIX en entre las que los muebles contemporáneos STUA encajan a la perfección
Fotografía: Pau Esteve