Larga vida a los clásicos del diseño, gracias a Isist Atelier.
Isist Atelier, especialista en la manufactura de pieles de alta calidad y conocida por producir la silla BKF, amplía su colección de recuperación de clásicos. Piezas curiosas y cotidianas de Miguel Milá, José Antonio Coderch y Jordi Vilanova se suman a estas reediciones. Su fidelidad con los originales es total.
El buen diseño no pasa de moda
En su decálogo sobre los principios del buen diseño, el diseñador industrial alemán Dieter Rams decía que «El buen diseño es duradero. Evita estar a la moda y, por lo tanto, nunca se ve anticuado. A diferencia del diseño de moda, dura muchos años, incluso en la sociedad de usar y tirar de hoy.» Razón no le faltaba. El diseño, si es bueno, nunca cansa ni perece. Y la nueva colección de clásicos reeditados por Isist Atelier así lo confirma.
Con el diseñador catalán Andreu Carulla al frente como nuevo director creativo, la empresa sexagenaria, especialista en la manufactura de cuero de alta calidad, ha presentado recientemente su nueva colección de clásicos del diseño hecho aquí.
Silla BKF. La primera
La producción local, la atemporalidad de las piezas, la calidad de los materiales (mayormente piel y madera) y un fiel respeto por los diseños originales son las piedras angulares de este proyecto de Isist Atelier. Miguel Milá, José Antonio Coderch y Jordi Vilanova son los nombres que se añaden a la línea que la compañía inició en 2002 con la mítica silla original BKF. Desde entonces, fabrica y distribuye la famosa butaca de Bonet, Kurchan y Ferrari, con absoluta fidelidad al diseño original y con materias primas de alta calidad, como la piel vacuna procedente de la Bretaña francesa, curtida con extractos vegetales.
Las nuevas de piezas de autor que se suman a estas reediciones son objetos cotidianos: una silla, un taburete, un espantamoscas, un agitador de bebidas o un leñero. Todos tienen algo en común: una historia, una anécdota, una curiosidad que empujó a sus creadores a concebirlos.
El whisky de Coderch
Del arquitecto José Antonio Coderch, Isist Atelier recupera su característico agitador de bebidas. Según cuenta Jordi Viola -amigo y también arquitecto- en el documental Recordando a Coderch (dirigido por Poldo Pomés), el arquitecto barcelonés era buen aficionado al whisky. Realizaba todo un ritual en torno a él. Le gustaba servido corto, en vaso largo, y combinado con sifón, soda o Vichy. Como le molestaba el gas, inventó este aireador con el objetivo de desbravar la mezcla. La pieza se acabó convirtiendo en el objeto de regalo con el que Coderch solía obsequiar a sus amigos y familiares.
Muchos leñeros
Según cuentan sus allegados, cuando algo gustaba a Coderch, solía comprar varios ejemplares para tenerlo eternamente. Lo hacía con la ropa y con objetos que le parecían interesantes. Algo por el estilo debía ocurrir con este elegante leñero, del que todavía se conversan algunos originales en su casa familiar en el Empordà. Hoy, Isist Atelier lo recupera manteniendo plena fidelidad con la pieza ejemplar. Hecho con cuero, es totalmente versátil. Puede usarse para cargar leña, almacenarla, como revistero, contenedor o elemento decorativo.
El espantamoscas más elegante
Más historias sobre diseñadores y sus inventos: la de Miguel Milá y su espantamoscas. Él mismo cuenta que su mujer solía regañarle cuando sacaba la pala espantamoscas. «Haré un espantamoscas elegante para que no puedas criticarme», le contestó. Y, uniendo una caña de bambú con una pieza de cuero, Milá creó un objeto de funcionalidad disuasoria, curiosamente hermoso. Lo fabricaba manualmente en su taller y «cada vez que me invitan a una casa, les llevo la pala», explica.
Diseño democrático
En cuánto al interiorista y ebanista Jordi Vilanova, conocido por diseñar mobiliario sencillo y con voluntad democrática, y por ser uno de los pioneros del diseño infantil en España, Isist Atelier reedita dos de sus obras más conocidas. Por un lado, la silla Tiracord, cuyo asiento estaba inicialmente concebido para realizarse con tiras de caucho tiracord (de ahí su nombre). Luego pasó a fabricarse con siete tiras e cuero, tres de ellas (las laterales) encajadas en unas guías practicadas en la madera. Una pieza deliberadamente austera, valor defendido por el grupo La Cantonada del que formaba parte junto a otros creadores como el ceramista Jordi Aguadé.
Por el otro lado, Isist Atelier ha optado por reeditar el taburete infantil Delta, galardonado con un Premio Delta del Plata en 1964. Una silla muy funcional, evolutiva, que se adapta al crecimiento del niño/a, ofreciendo distintos usos. De hecho, su versatilidad la hace apta, también, para espacios fuera del contexto infantil.
Según explicaron desde la propia firma en un encuentro organizado por el Museu del Disseny de Barcelona durante la pasada Barcelona Design Week, su voluntad es incorporar nuevas piezas de diseño contemporáneo durante este 2021.
Fotografías © Sílvia Poch y Salva López