El interiorista Alex March abre las puertas de su ecléctico y funcional estudio.
En el año 2010 abrió su propio estudio en Barcelona, Alex March Studio, dedicado al diseño de interiores y al diseño y producción de mobiliario. Desde entonces ha llevado a cabo numerosos proyectos para interiores y ha diseñado varios muebles y lámparas.
De la zona alta de Barcelona al popular Poblenou
Hace ya cinco años que Alex March dejó su estudio en la zona alta de Barcelona para trasladarse a un nuevo local que ha transformado en su nuevo taller y vivienda. “Me apetecía establecerme en un barrio como Poblenou. Aquí tienes la oportunidad de colaborar con gente muy diversa y descubrir nuevas sinergias. Y encuentras espacios atípicos y singulares, difíciles de hallar en otro lado… la creatividad fluye a sus anchas” afirma.
Alex March se enamoró de este local de 180m2 a simple vista. “Era un espacio con enormes ventanales. Estaba literalmente destrozado, pero enseguida vi que tenía muchas posibilidades”. En origen había sido el almacén de Pinturas Goya y todavía quedaba una cantidad importante en el taller que donaron a un colegio de educación infantil. Durante estos cinco años ha ido haciendo sucesivas reformas y ahora, cuando Alex se siente ya satisfecho del resultado, ha decidido abrirnos sus puertas.
Materiales nobles y piezas de diseño decoran la sala de reuniones
Los materiales nobles forman parte de esa conexión inspiradora con la naturaleza que siente Alex March. El pavimento es un parqué de roble natural en un tono claro. En la sala de reuniones, sobre una alfombra de fibras naturales descansan seis icónicas sillas Panton, que edita Vitra, en color blanco, y una gran mesa realizada en abedul por el propio Alex March. El espacio ha ido evolucionando. El interiorista confiesa que llegó a estar un poco colapsado antes de la realización del gran armario de abedul en forma de L que se vio obligado a diseñar debido a la enorme acumulación de muestras, catálogos, libros y revistas.
“Puede decirse que tengo algún tipo de afán acumulativo de este tipo de publicaciones, principalmente de diseño y arte de los 60, 70 y 80” una pasión que le viene sin duda por tradición familiar.“
Piezas de culto del S.XIX y XX
La devoción por el mobiliario de la década de los 50, 60, 70 y 80 se mezcla con piezas actuales aportando un estilo único a cada uno de los rincones. “No ha habido nada planificado, son cosas que me inspiran y me gustan. Representan el trabajo que hago, es mi apuesta por la heterogeneidad, donde cualquier pieza puede ponerse en valor siempre que tenga un alto nivel de diseño y de arte”.
La mayor parte de las piezas son de los siglos XIX y XX. “Tengo preferencia por el siglo XIX y XX y por todo lo actual que tiene algo que decir” explica March, que cita como un referente en interiorismo a Philippe Starck, por su gran creatividad sin encasillarse en un estilo en concreto, y a Ilse Crawford y Retrouvius, por la manera en que recuperan las cosas antiguas y por su capacidad de jugar con la naturaleza.
Este espíritu y estilo ecléctico de Alex March se explica desde su niñez: creció entre obras de Sorolla, Fortuny, o esculturas de Gargallo y Llimona pero también con obras de Barceló, Tàpies… “La casa de mis abuelos era una auténtica pinacoteca, es lo que he absorbido desde pequeño, ya estaba claro que iba a mezclar muchas cosas en el futuro, el gusto por la mezcla era inevitable”.
Su abuelo era editor de libros de arte, su abuela anticuaria y su padre galerista, oficio al que Alex March dedicó un año, antes de decidir sumergirse de pleno en el interiorismo. La pasión por el diseño de interiores le viene de muy atrás. La descubrió muy joven, pronto empezó a compaginar sus estudios superiores de interiorismo y dirección de arte con el trabajo en galerías de arte y antigüedades. Sin dejar estas actividades empezó a asumir trabajos de dirección de arte, branding y diseño expositivo. Trabajó para agencias, productoras, y marcas de ámbito nacional e internacional.
Todo ello queda patente no sólo en este estudio, sino también en cada proyecto que emprende, con los que se vuelca apasionadamente “Me inspiran cosas muy diferentes, aunque por encima de todo prevalecen dos: una es la naturaleza y la otra es toda la herencia de arte y diseño de la historia de la humanidad. Me inspira la belleza, que no entiende de épocas” explica.
Arte y diseño: un tándem perfecto
La gran cultura artística y de diseño de Alex March se plasma en la selección de piezas sorprendentes que ha elegido para su estudio. Entre ellas, algunas casi de culto para los amantes del diseño: las sillas Cesca de Marcel Breuer, que edita Knoll; esculturas brutalistas en mármol de los años 70; las estanterías ETA de Achille Castiglioni, editadas por BBB Bonacina en 1979; un cabinet atribuido a Arne Vodder en los años 60; una mesa Guilleumas de los 70; y la silla Wendy Wright de Philip Starck editada por Disform en 1986. Y, entre todo ello, destacan el arte y las plantas naturales.
También son importantes las piezas de diseño made in Spain. Una preciosa silla española años 70 de Gascón; la silla Castelló para para el mítico restaurante Il Giardineto diseñadas por Federico Correa y Alfonso Milá en los 70; o el cartel para el Bar Duplex de Mariscal de los 80, el bar que dio nombre a su famoso taburete.
La iluminación del estudio también está cuidadosamente elegida. Entre las lámparas destacan el icónico modelo sueco de madera hecho por Atelje Glas & TRÄ de 1960, con pantalla en terciopelo verde; una gran obra de estos legendarios ebanistas, que también produjeron muchos de los mejores muebles de Arne Vodder; y una lámpara vintage estilo Hans-Agne Jakobsson, piezas icónicas de los años 60.
Es evidente que Alex March está en un gran momento. Entre proyecto y proyecto, y las reformas de su estudio/casa, ha diseñado dos nuevas marcas de mobiliario, que llevan su sello y que muy pronto van a ver la luz.
Fotografía: Sandra Rojo