Un apartamento de los 70 como nuevo en Altafulla.
El reto: modernizar un apartamento de principios de los 70 situado frente al mar en la playa de Altafulla (Tarragona). El estudio de diseño de Agustí Costa ha abordado su reforma e interiorismo con el mar como fuente de inspiración. Huir de los tópicos del clásico apartamento de playa y vacaciones y corregir todos sus antiguos errores ha sido el objetivo.
En un clásico edificio de los 70
La vivienda es el apartamento de vacaciones de una familia con hijos ya emancipados que quieren utilizarlo en temporadas y a lo largo de todo el año. «Forma parte de los primeros bloques turísticos que se construyeron en la zona«, explica Agustí Costa, «con esa idea de disfrutar del mar desde el exterior pero nada desde el interior. En aquellos años bastaba con la cercanía del mar, la calidad tenía un papel secundario.»
Está situado en en el primer piso de un bloque lineal de dos plantas con un único vecino por rellano. El edificio, con cubierta plana y rodeado de árboles, tiene un carácter poco invasivo con el paisaje de la Costa Daurada. La casa, que ocupa el primer piso, tiene dos fachadas, que facilitan la ventilación cruzada, una al norte con vistas a una zona de árboles, y la sur de cara al mar.
Lo primero que hizo Agustí Costa en este apartamento de Altafulla es actualizar las infraestructuras. El piso carecía de aislamiento térmico. Se incorporó un falso techo para introducir el sistema de calefacción, aire acondicionado y refrigeración. Se cambiaron los cristales, aprovechando las ventanas antiguas y se dotó a la casa de un revestimiento acústico para lograr el confort que necesita un apartamento al que se va a descansar.
Crear amplitud visual
Con una superfiecie de 56 m2 y una terraza de 11 m2 originalmente estaba distribuida en salón-comedor, cocina, dos dormitorios y un baño; todo muy compartimentado. El nuevo proyecto propone a los propietarios una división similar. Cambia solo el dormitorio pequeño para hacer un estudio con sofá cama, y eso, así, acomete la actualización de los baños, el salón comedor y la cocina para crear espacios más abiertos y diáfanos.
La intervención principal fue derribar el tabique que cerraba la cocina y quitar la pared central, de carga, que delimitaba el salón comedor y que, generaba un pasillo. Éste, de un metro de ancho, daba acceso a todas las habitaciones y llegaba hasta a la entrada.
La vista abierta permite ahora ver en el otro sentido, hacia la fachada norte, y disfrutar de los árboles de atrás desde cualquier punto de la casa. El baño, con gran dificultad de movimiento debido a su tamaño 2,15m2, para ducha, lavabo e inodoro, se ha renovado por completo.
Grandes ideas para un mini baño
La propuesta de Agustí Costa para este baño consiste en rechazar la ortogonalidad en la disposición de los sanitarios. Además, ha empotrado la cisterna del inodoro en la pared, y ha diseñado una estantería que por un extremo se ensancha. Esto le ha permitido colocar un lavabo de rincón de Laufen con grifería de Rovira. Otra interesante idea ha sido instalar la ducha con grifería de Ritmonio, en un marco de cristal transparente, que guía hacia el inodoro. Así como instalar seis espejos antivaho, de diferentes medidas, para ampliar visualmente el espacio y calibrar muy bien los pasos hacia el inodoro , un modelo suspendido de Laufen, y hacia la ducha.
El pavimento es de microcemento gris claro, como el de toda la casa. En el caso del baño, además, reviste las paredes y elimina las baldosas con la intención de aumentar la sensación de amplitud debido a la ausencia de juntas tiene la parte de la ducha con el acabado nacarado (inspirado en las conchas del mar). Está instalado por Tecnocemento. El soporte metálico de la estantería se ha lacado en un amarillo muy tenue para aportar calidez.
Mobiliario pensado a la medida
La nueva cocina del apartamento de Altafulla está diseñada por el interiorista y amueblada muebles de madera de Calabó hechos a medida. El banco de mármol Alaska es de Cosentino.
En cuanto a la decoración y el mobiliario, muchos de los muebles de la entrada, el comedor, el dormitorio… han sido diseñados a medida por Agustí Costa. Construidos en madera contrachapada de calabó, por Fustería Bassachas, poseen volúmenes simples, evocando la tradición marinera de muebles y los útiles de tablero marino. Todos los asientos son de fibra natural.
Por otro lado, las sillas del comedor y el estudio, de ratán, modelo Avari; la butaca del dormitorio, modelo Cire, proceden de la cooperativa La Capell; las butacas del salón de estilo nórdico y cuerda, son de Bernadí. Todo, junto a los los sofás cama, de color crudo casi blanco contribuyen a crear un estilo mediterráneo y natural. La iluminación, muy cuidada, pone la nota cálida. Se ha hecho a base de leds, y es de intensidad graduable. La araña del salón, formada por diferentes bombillas procede de Lumens Boulevard como la gran parte de las lámparas.
En cuanto a la terraza, evidentemente se la ha integrado al interior con algunos tratamientos comunes. El más importante, su pavimentación con microcemento, como una verdadera extensión de la casa que la convierte en una pieza más de cara al mar. El único mobiliario es una mesa de madera de niangón, en acabado al aceite y patas blancas, para tres o cuatro personas, que el interiorista ha diseñado a medida
Hay que destacar la importancia de las persianas venecianas de madera lacadas en blanco. Además de su carácter asociado claramente al mar, que ha inspirado en gran parte el proyecto, introducen matices y tamizan la entrada de la luz. Y, especialmente, permiten graduarla sin perder lo más valioso, la vista del azul del Mediterrráneo que tienen justo enfrente.
Las ventanas del apartamento de Altafulla son de pino barnizado a tono con las del edificio. Están en sintonía con la mesa de niangón de la terraza, que así se conecta con la época de construcción de la casa. Esta terraza es fundamental para los propietarios. Les evoca cenas nocturnas, tertulias, el ver pasar las barcas, los agradables baños en la playa, el cielo estrellado, el buen tiempo, las vacaciones… algo que siempre que puedan, y ahora con mayor motivo, van a intentar repetir.
Fotografía David Cardelús