Escenario clásico, decoración contemporánea, por Estudio Morgan.
Laura Montero y Marina Reyero, de Estudio Morgan, han logrado el equilibrio perfecto entre arquitectura y decoración en esta vivienda clásica madrileña situada en un edificio señorial de gran valor arquitectónico.
Apartamento para dos y casa de familia
La casa era el sueño de sus propietarios. La pareja, un matrimonio con hijos ya fuera de casa, tardó dos años en encontrarla. Su deseo, que fuese perfecta para ellos dos y a la vez grande y abierta para recibir a su familia. Para adaptarse a sus necesidades, el proyecto de Estudio Morgan, se gestó como un traje a medida. Las zonas privadas buscan tranquilidad y relax y los salones, el comedor y la cocina, lo contrario, espacio para acoger reuniones bulliciosas.
Riqueza arquitectónica
Tanto los dueños, como Laura Montero y Marina Reyero, las arquitectas de Estudio Morgan, valoraban la riqueza del inmueble. Y ésta fue una de las bases de su intervención, realzar lo original y recuperar lo perdido. Todo en pocas estancias pero amplias y luminosas. Los materiales nobles, textiles para dar calidez, obras de arte y escogido mobiliario de diseño. Sus 250 m2 se reparten en tres salones-biblioteca, un gran comedor y cocina, y dos dormitorios completos en la zona más privada, además de una pequeña zona de servicio.
El proyecto ha mantenido su distribución original de salones enlazados con grandes puertas. También se ha potenciado la secuencia visual conectando con cerramientos de cristal la cocina, el recibidor y la sala de estar. Así, la luz atraviesa la casa de punta a punta e ilumina las habitaciones oscuras.
Se han conservado las molduras de escayola de los techos, y añadido nuevos cuarterones de escayola en las paredes. Además, se restauraron los suelos originales de madera y se instalaron otros nuevos, también de pino Melix, colocándolo como los antiguos. Asimismo, se encargaron enormes puertas de paso con altura hasta el techo, siguiendo los diseños de las que había. Para resaltarlo, las interioristas eligieron el blanco puro para todas las paredes con el All White de Farrow&Ball.
Los muebles: iconos, diseño actual y a medida
El mobiliario, pocas piezas y muy escogidas; algunas piezas icónicas de autor con la idea de potenciar el valor de la arquitectura. Estudio Morgan diseñó la gran librería de nogal del despacho, las estanterías de la sala de estar, la alacena del comedor y los cerramientos acristalados de la cocina que dibujan líneas Art Déco en madera. También diseñó y fabricó el espejo de hierro sobre la chimenea, con embocadura de mármol azul Carlín Francés adquirida en París por el estudio y que aporta un aire contemporáneo con sus líneas puras. Las mesas de mármol, nogal y en diversos tonos, se mezclan con terciopelos y tejidos blancos con mucha textura.
Iconos del diseño como el sillón CH22 de Carl Hansen & Søn alternan con piezas de diseño contemporáneo como la gran mesa de comedor de DePadova, el aparador Stockholm de Mario Ruiz y la mesa Fishbone de Patricia Urquiola para Moroso. Estudio Morgan ha incluido también una cuidada selección de mobiliario de Gubi, y varias fotografías de Jesús Madriñán y Gregorio Civera. Poco antes de mudarse a la vivienda, la propietaria tuvo un flechazo con la obra original de los años 20 que hoy preside el comedor. Todo el mobiliario procede de Batavia, Doméstico Shop y Rue Vintage 74.
Estos muebles establecen un fluido diálogo con telas y papeles. Entre ellos, las cortinas de los salones, diseño de Estudio Morgan con un bouclé de lana, mohair y alpaca de Mark Alexander; y el papel pintado a mano de Schumacher del dormitorio principal. Alternan con terciopelos de Pierre Frey y Gubi, y telas con textura de Kvadrat. La alfombras, de lana y seda son diseño de Estudio Morgan.
La iluminación, muy escogida, es otro gran acierto del interiorismo. Las lámparas son de Vibia, Flos, Louis Poulsen, Tom Dixon y algunas piezas antiguas y retro escogidas en la tienda madrileña de Piluca Hueso, Rue Vintage.