Procesos de transición. Un cortijo suave de Álvaro Carrillo Eguilaz.
El Cortijo de Boquera Morilla es el ejercicio de emparejar, de empastar opuestos, lo rudo con lo suave, lo tosco con lo sofisticado, lo rústico con lo refinado.
Álvaro Carrillo Eguilaz es un arquitecto con estudio en Málaga. Hoy hablamos de él a propósito del proyecto Cortijo Boquera Morilla en Cabo de Gata. Un diseño galardonado con el premio MATCOAM Innovación, así como del Mies Van der Rohe 2019.
El proyecto es una posible respuesta a la investigación de los procesos de coexistencia. Arqueología adaptada y activación de absolutamente todo que permanece en parálisis. Todo es útil hoy para construir un discurso nuevo, en un contexto diferente.
Un cortijo con Historia
Se trata de la adaptación de un cortijo construido en 1889, que a lo largo del siglo XX sufre diferentes reformas, hasta el año 2017 en que Álvaro Carrillo Eguilaz realiza la correspondiente al siglo XXI. Las bases son el respeto por la estructura original y la adaptación a partir de los usos originales más vinculados al trabajo en el campo, a las nuevas necesidades de sus habitantes. Que se imaginan pasando el verano en Cabo de Gata juntos con todo lo que esto conlleva. Todos podemos imaginar una noche de verano en un lugar así, ¿verdad?
Es interesante comprobar cómo esta mirada que Carrillo Eguilaz utiliza para aproximarse al proyecto del Cortijo en Cabo de Gata, arranca desde la expresión gráfica. La narrativa del proyecto arranca desde aquí, los dibujos:
De esta manera, las nuevas necesidades serán las que marquen el resto de decisiones, la corrección y el respeto sobre un patrimonio heredado. Se ha potenciado su valor utilizándolo siempre como marco de la intervención, añadiendo todo aquello necesario como paredes, luz, aire o sistemas energéticos. De una manera ligera, natural y lógica dentro de todo el discurso del proyecto.
La estructura original del Cortijo Boquera Morilla es una oportunidad bellísima para incorporar formas que acompañan en esta idea de suavidad y de activación de atmósferas contemporáneas. Y es que la vivienda, desde la paleta de color a los materiales es, finalmente, sensualidad a través de recursos relajados, accesibles y siempre nuevos. Lo tradicional como textura compositiva que compone una paleta de materiales tradicionales y nuevos. Lo tradicional nunca visto. La mirada artesana, atenta de Álvaro Carrillo Eguilaz que desgaja cada componente y lo coloca con cuidado y precisión.
El proyecto se ha alzado como vencedor en la categoría de Innovación de la III Edición de los Premios MATCOAM.
Fotografias: Ernesto Artillo