Un interiorismo muy arquitectónico en Chamberí.
Ábaton completa su reforma número 150 con un ambicioso proyecto en el barrio de Almagro. Paredes de obra vista se combinan con microcemento, madera y frondosas molduras en una vivienda bañada de luz natural.
Ábaton. Desde 1998
Fue en 1998. Dos arquitectos y un ingeniero industrial se unieron para fundar el estudio Ábaton. Le sumaron, también, una constructora. De esta manera, cerraban el círculo ideal para poder controlar todo el proceso de diseño y ejecución de sus propias obras. Han pasado 21 años desde que Camino Alonso, Ignacio Lechón y Carlos Alonso emprendieran aquella aventura que hoy se compone por un equipo de 40 personas, suma 150 proyectos de reforma y 196 obras nuevas realizadas en toda la geografía española, así como en Chipre o Helsinki.
A lo largo de estos años, el estudio ha ido forjando un estilo propio, centrado en crear espacios sencillos, versátiles y con especial atención a la sostenibilidad y la investigación de materiales.
Arquitectura exterior e interior
Su proyecto número 150 es una espectacular reforma integral en el barrio de Almagro, en Chamberí (Madrid), donde han contado con la colaboración de Batavia, partner de Ábaton, en el proyecto de diseño interior.
Se trata de una vivienda particular en un edificio de gran calidad arquitectónica, una arquitectura que el equipo de Ábaton ha logrado traspasar al interior de la casa.
Para ello recuperaron el máximo de estructuras arquitectónicas de origen. En ningún momento se quiso ocultar el inevitable paso del tiempo. Al contrario. La esencia del proyecto fue, precisamente, no renunciar a ellos, sino fusionarlos con materiales contemporáneos.
Restauración de cornisas
Las cornisas se restauraron con esmero para recuperar los motivos florales originales, especialmente en el dormitorio principal. Después se pintó el alto techo de la estancia del mismo color, a diferencia de los paños verticales. Asimismo, el mobiliario de la habitación se diseñó a medida para no robar protagonismo a las hermosas cornisas.
Abundante luz natural
La vivienda se divide en dos zonas: la social y la más privada. Salón, comedor y cocina componen la primera. Los tres están conectados para aumentar la amplitud, facilitar la entrada de luz y potenciar la sensación de continuidad.
Elementos como la chimenea de mármol o la carpintería de madera en puertas y ventanas ayudaron a potenciar el ambiente cálido y agradable de la vivienda. Otro factor clave ha sido la iluminación complementaria. Para la barra de la cocina se eligió las lámparas colgantes Slim de Vibia, y en el comedor las Wireflow, también de la marca catalana.
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