Reminiscencias Art Nouveau en el nuevo hotel Radisson de Praga.
La cadena hotelera Radisson acaba de inaugurar un nuevo hotel de lujo en Praga. Ubicado en un antiguo edificio de estilo modernista, el hotel cuenta con patrimonio protegido, combinado con diseño contemporáneo y tecnología de última generación.
Praga, la ciudad elegida
Praga, cuna del estilo barroco y del Art Nouveau, la ciudad natal de Kafka, laberinto de calles empedradas, llenas de tabernas y cafés modernistas, ha sido la capital elegida por el grupo Radisson para abrir su nuevo hotel. La elección no es de extrañar. Por un lado, Praga es uno de los diez destinos europeos más visitados; por el otro, el espectacular edificio cuenta con una ubicación ideal (entre el barrio viejo y el nuevo) y un incalculable valor histórico.
Radisson Blu Hotel Praga
Radisson Blu Hotel Praga se alza sobre un edificio de estilo modernista, original del siglo XIX. Construido en 1928, el proyecto fue diseñado por el arquitecto e ingeniero Jaroslav Polívka, quien posteriormente trabajó junto a Frank Lloyd Wright en el diseño del Museo Guggenheim de Nueva York y el Butterfly Bridge de la bahía de San Francisco (que nunca llegó a realizarse).
Pasado cervecero
Originalmente, el espació albergó la cervecería U hůlků, un hecho lógico teniendo en cuenta que la República Checa ocupa el primer lugar del mundo en cuanto a consumo de cerveza por cápita (los checos beben 143 litros de cerveza al año, tres veces más que los españoles).
El nuevo hotel
Posteriormente, el edificio pasó a ser un hotel, hasta que en diciembre 2018 Radisson lo adquirió para realizar una completa modernización. El proyecto, obra de Iliard Architecture & Project Management, ha preservado todas las reminiscencias de estilo Art Nouveau originales y las ha combinado con piezas de diseño contemporáneo (entre ellas, algunos diseños de Andreu World) y tecnología de última generación.
Un rooftop con buenas vistas
Tras seis meses de obras, Radisson Blu Hotel Praga se inauguró el pasado mes de junio. Consta de 160 habitaciones, bar, restaurante, sala de fitness y varias salas de congresos. Además, cuenta con una pequeña joya: una azotea con espectaculares vistas al famoso Castillo de Praga.
Interiorismo contemporáneo
Las zonas comunes destacan por las pinceladas doradas de los ornamentos metálicos y las lámparas de techo, así como la tapicería de terciopelo y piel que combina los colores gris, azul y marrón.
Las habitaciones también se componen por colores sobrios, como el marrón y el azul marino, mezclados con elegantes materiales como el cuero y el mármol. Están equipadas, por descontado, con la mejor tecnología.
Sin lugar a dudas, el nuevo Radisson Blu Hotel Praga es una suerte de alojamiento en la maravillosa capital de la República Checa.
Radisson Blu Hotel Prague.
Zitna 561/8, Praga
120 00, República Checa