El desierto de Coachella, un lienzo perfecto.
Una de las zonas de mayor crecimiento de Estados Unidos, y eje californiano entre Los Angeles y San Diego. También es el escenario perfecto de una bienal de arte contemporáneo. Repasamos lo más destacado de la edición 2019 de Desert X.
El famoso festival Coachella no se queda solo en su espectacular cartel de música y sus instalaciones. El valle californiano levanta el telón con el arte contemporáneo como cabecera. Desert X se puede visitar desde el pasado 9 de febrero y hasta se apaguen las luces en el escenario el próximo 21 de abril. Arte mientras suenan Rosalía, Janelle Monáe o Tame Impala, entre otros. El plan mola.
Fundado en 2015, el objetivo de Desert X es reunir los mejores artistas internacionales para que expongan de una manera muy especial en el valle de Coachella. Creando arte, enganchando a sus visitantes, y poniendo la atención en el especial ecosistema: desde sus maravillas naturales hasta sus condiciones socio-político-económicas. Con resultados «vibrantes, curiosos y excitantes», según nos han explicado desde la joven Desert Biennial.
Western flag (Spindletop, Texas), John Gerrard.
Libre y abierta al público, la recurrente exhibición internacional de arte contemporáneo está en esta edición comisariada por el director artístico Neville Wakefield, Amanda Hunt y Matthew Schum. Una activación del paisaje desértico a través de diecinueve instalaciones y actuaciones específicas del sitio por parte de algunos de los artistas más reconocidos de la escena actual.
La exposición explora ideas sobre el arte post-institucional y las posibilidades interactivas que lo acompañan. Diversificando la gama de medios presentados en 2017, Desert X 2019 agrega proyectos cinematográficos y trabajos alternativos. Con la firma de Cinthia Marcelle, Mary Kelly, o Postcommodity, entre otros.
Wormhole, obra de Cinthia Marcelle.
Peace is the only shelter, Mary Kelly.
It exists in many forms, Postcommodity.
En localizaciones que se extienden por todo el Valle de Coachella. Desde Palm Springs, explorando el referente ecológico que es el Mar de Salton, hasta alcanzar una de las fronteras más calientes del mundo: la de Estados Unidos y México.
Los participantes en Desert X 2019
Además de los ya comentados, Desert X 2019 cuenta con una serie de artistas contemporáneos ya consolidados o emergentes. Con obras adaptadas a un terreno que funciona como lienzo en blanco:
A point of view, Iván Argote.
Terminal Lake Exploration Platform (TLEP), Steve Badgett y Chris Taylor.
Revolutions, Nancy Baker Cahill.
Mosquito net, Cecilia Bengolea.
Lover’s rainbow, Pia Camil.
Going nowhere Pavilion #01 (Breeze Block, Ben-Day Dot, Coleseum, Möbius Strip, Thought Problem) and executed variant DHS #1 (Q1, CJ, DC). Julian Hoeber
Surrogates, Iman Issa.
Visit us in the shape of clouds, Armando Lerma.
Halter, Eric N. Mack.
Jackrabbit, Cottontail y Spirits of the desert, Cara Romero.
Ghost Palm, Kathleen Ryan.
Recapturing memories of the Black Arc, Gary Simmons.
Con un par de menciones especiales, a las obras más emblemáticas de esta edición de Desert X. Una de ellas podría ser la firmada por Sterling Ruby.
Specter
Con vistas al Monte San Jacinto, el monolito en naranja fluorescente parece un montaje de Photoshop. Una brillante escultura geométrica que crea una ilusión óptica discordante.
El bloque tiene la forma de un contenedor de envío, un búnker militar, un objeto no identificado… Su color naranja fluorescente se relaciona con la seguridad, como advertencia. Por lo que Specter invierte la lógica: es un objeto fantasmal, apartado de su entorno, y que en teoría debería estar oculto a simple vista.
Dive-in
Otra de las más presentes en las redes sociales de todo el mundo ha sido la de Superflex.
Fue el descubrimiento inesperado de una abundancia de vida marina fosilizada a más de 100 millas tierra adentro de la costa del Pacífico lo que llevó a los primeros colonos españoles a nombrar a este valle Conchilla, que significa «pequeña concha». Debido a un error de ortografía, la región se rebautizó como Valle de Coachella, quitándole así el recordatorio de que hace 6 millones de años, lo que ahora es desierto había estado bajo el agua y conectado a la llamada Western Interior Seaway.
Para el colectivo danés, la historia geológica y el futuro no tan lejano se encuentran en el reconocimiento de que con el calentamiento global, el aumento del nivel del agua sumergirá nuevamente el paisaje junto con toda la estructura e infraestructura que lo hizo habitable para los humanos.
Reconsiderando la arquitectura desde el punto de vista de la inmersión futura, su misión ha sido crear formas terrestres igualmente atractivas para la vida humana y marina. Con una paleta de colores a medio camino entre la característica de Palm Springs y los corales marinos, el proyecto Dive-in homenajea también a otra extinción más reciente: el cine al aire libre.
Aquí, los intereses de los habitantes del desierto y la vida marina se unen en las paredes de coral y las proyecciones semanales de una estructura «nacida de un pasado profundo y un futuro poco profundo».
Desert X
70705 Ramon Rd
Rancho Mirage
CA 92270, EE. UU.
Fotografía: Lance Gerber