Roots: los utensilios de cocina miran al pasado.
Y es que los utensilios de cocina suponen un punto de inflexión en la evolución. Hoy en día, cada cocinero (amateur y profesional) moderno se rodea con tecnologías avanzadas de utensilios y productos. La mayoría con un mínimo esfuerzo y sin procesamiento, para proporcionar resultados inmediatos.
Volver la vista al proceso primario, al trabajo esencialmente físico a través de un material crudo y natural procesado y adaptado al usuario, permite establecer una conexión que es a la vez vieja y nueva. Como nos explica su creadora, «Roots es la reminiscencia de preparar alimentos, creando una experiencia íntima en el corazón de la cocina contemporánea».
Hoy, podemos ver numerosos movimientos que surgen simultáneamente. Por un lado, hiper automatización y digitalización; por otro, como respuesta a los primeros, el movimiento Slow (lento). Que para nada es una manifestación en contra de las altas tecnologías. Es en realidad una forma de vida que permite a las personas volver a sus raíces y valores culturales, buscando materiales artesanales, suaves y cálidos. El objeto pasa así a ser apreciado, adquiriendo un valor significativo y un lugar en la historia del hombre.
Utensilios de cocina con vínculos emocionales
El proyecto Roots nace como proyecto de graduación de Amalia Shem Tov.
Es el resultado de un concienzudo estudio de la relación emocional y la interacción entre el hombre y la máquina. Su objetivo por tanto es devolver el toque personal al «proceso temprano e íntimo de preparación y cocción de alimentos en la cocina doméstica contemporánea». Con la ayuda del procesamiento de alta tecnología y la combinación de materias primas.
Un examen de la historia de los utensilios de cocina, desde la Antigüedad hasta nuestros días, encontró la clave. Las piezas que simbolizan el momento básico, esencial y primordial de preparación de los alimentos. Que son tres.
Tres objetos, tres principios
Hoy en día, en un entorno moderno y de alta tecnología, vemos que todo va rápido y es fácil de conseguir. Todo parece accesible para nosotros.
El desafío de este proyecto fue crear utensilios de diseño que creen una conexión íntima entre el hombre y su entorno. «El objetivo era reconstituir esta experiencia especial por un camino de regreso a nuestras raíces e historia, combinando el pasado y el presente de la manera más sencilla de preparar y cocinar los alimentos».
Movimiento, material y proceso son así los tres principios básicos que nos permiten cocinar. Los tres utensilios de cocina a los que se ha reducido la experiencia culinaria, Roots, son los siguientes:
Piedra de molino
La piedra de molino se ha mantenido fiel a la clásica, en términos de funcionalidad. Con una personalización que se adapta y adecúa a los hábitos del usuario moderno.
En el eje central, hay un elemento de empuje y la protuberancia en el centro de la piedra superior permite apretar las dos piedras, controla y regula el tipo de molienda y el grosor del grano. Las líneas de patrón en la parte inferior de la piedra superior e inferior se hacen mediante chorro de arena, lo que permite el movimiento de rotación necesario para expulsar el grano afuera.
Mortero y maja
Para crear un diseño moderno, la diseñadora partió de la versión más antigua y primitiva de mortero: un guijarro sobre una superficie de piedra para la operación de fricción. La bola en el tobogán rectangular parece una actividad lúdica en el proceso de molienda y trituración.
El movimiento es más lineal y más grande que lo normal, implicando un esfuerzo físico. El patrón en la bola, también conseguido a partir de chorro de arena, hace posible sostener las semillas en el proceso de molienda.
Piedras para hornear
La piedra para hornear, cocinar y calentar es un camino de regreso a la conexión cultural y emocional entre el hombre y el material y la experiencia. La idea en este producto era llevar la sensación del fuego a la cocina moderna mediante la «domesticación» de la piedra primitiva en la participación tecnológica más radical.
El patrón de piedra se calienta en el horno, y cuando las piedras están calientes se pueden colocar en una superficie externa y se podrían usar para hornear, cocinar y calentar como se usaba en la Antigüedad. Entre dos gamas de piedra, una silicona para hornear crea suavidad y movimiento.
Se puede cerrar y conectar con el mango, funcionando como una superficie 3D para apoyar el pan o las tortas, o permanecer abierto en la mesa de la cena y conservar las temperaturas requeridas de los alimentos durante la comida.
Fotografía: Nimrod Saunders, Asaf Arviv y May Elimelech