H Arquitectes en Ullastret. Primero el muro, luego la casa.
Este proyecto quedó finalista en los la edición de este año de los Premios FAD de Arquitectura. Y aunque no ha resultado ganador, vale la pena conocerlo en detalle.
La construcción no se sitúa en el centro de la parcela, si no que se adosa al perímetro de la misma. Se diseñó una casa-muro que mantenía la continuidad con el tejido urbano existente, adaptándose a la topografía y al nuevo trazado de la calle. Igualmente, ofrecía la posibilidad de experimentar con una nueva tipología, de carácter lineal y desarrollada en una sola planta.
El muro
Las piedras de la pared existente se mezclan con áridos del solar y dosificaciones de cal y cemento para levantar los muros de carga que configuran la nueva edificación. Pequeñas partículas de vidrio reciclado insuflado se añaden a esta base de mortero tradicional para aumentar su poder aislante.
Para su construcción se usa una técnica mixta entre el tapial y el muro ciclópeo, encofrando en vez de ir apilando las piezas. Las caras que dan al exterior se repican hasta hacer aparecer la piedra, mientras que las interiores se dejan con la terminación del muro encofrado.
Los espacios
A lo largo de su desarrollo, el grosor del muro varía. En algunas zonas su gran espesor permite alojar los elementos más estáticos o privados, como armarios, lavamanos, camas…
A través de una relación casi fractal, se van resolviendo todas las escalas del proyecto. Se crea una transición gradual entre los espacios domésticos y la naturaleza del jardín.
La circulación entre las diferentes estancias se realiza por delante y paralelamente a la banda funcional adosada al muro. De esta forma se crea una larga secuencia de galerías que pemite aprovechar al máximo el soleamiento durante los meses más fríos.
En las épocas más benignas, la casa se puede abrir completamente al exterior, convirtiéndose en un gran porche.
Conoce los finalistas a los Premios FAD de Arquitectura e Interiorismo 2018 aquí. Y los ganadores, aquí.
Fotografías: © Adrià Goula