El estilo ecléctico ‘controlado’ de Pérez Gabucio.
En el interior, materiales nobles conviven con otros industriales de la finca original. “Se trataba de mantener cualquier elemento original que mereciera la pena y buscar la integración de las nuevas texturas sin un orden concreto” señala Pérez Gabucio. El pavimento hidráulico se combina con el hormigón y el roble, y los techos de bóveda catalana se han conservado en su estado originario, manchados de polvo con restos de las históricas distribuciones del apartamento.
Distribuida en dos zonas diferenciadas, de día y noche, la vivienda cuenta además con un área exterior a dos niveles. Esta última se corresponde con la clásica terraza de los pisos principales del ensanche barcelonés. En ella, el interiorista ha optado por diseños propios en hierro y tapizado gris. Con una hamaca rayada de Hübsch, la mesa ha sido diseñada por ABAG Studio.
Mobiliario a medida y recuperado, ecléctico
Con un pavimento de hormigón fratasado rematado en un banco que da paso a la terraza, el salón se comunica con ésta a través de amplios ventanales. En él destaca el banco revestido en papel a base de fibras trenzadas de Philipp Jeffries que se transforma en consola. El resto del mobiliario es de segunda mano, comprado o recuperado de algún derribo.
Abierta a la zona de estar y en madera de nogal, la cocina es un diseño de ABAG Studio. Los electrodomésticos son de Smeg.
El pasillo que comunica la zona de día con la de noche funciona además como distribuidor para los baños. Éste se ha decorado con un lavabo en forma de abrevadero de mármol de carrara y grifos craft made con tuberías de cobre visto. De Broste, el espejo con marco de latón nos traslada a los años 70.
En los baños se ha optado por el hormigón. Combinado, en uno de ellos, con mármol carrara, y un revestimiento de hexágonos blancos y negros en el otro. Con mamparas en madera de iroko, ambos diseño de Pérez Gabucio.
Revestidos de ladrillo visto, los dormitorios apuestan por llamativos colores para las paredes que presiden las camas. Los tonos elegidos, british green y azul marino, coinciden con los de los cabeceros, en algodón tejido. Con vestidores de roble macizo, las camas se acompañan por mesillas en cromo brillo y apliques Borgia-Conti.
Linestras y luz led indirecta, combinadas con lámparas de segunda mano de los 60, en metacrilato ahumado negro y con esferas blancas, iluminan el interior. Los interruptores son de Fontini.