El espectacular diner de David Rockwell en Milán.
Entre visita y visita, del Salone al Fuorisalone y pasando por todos los palazzos que presentan las novedades de marcas y diseñadores, en Milán se hace muy necesario reponer fuerzas. Y no se puede hacer sin estilo. Y en ese momento, The Diner es una alegría doble: por su diseño, y porque nos ofrece comida.
The Diner ha sido concebido por Rockwell y su equipo como el último espacio de reunión de la Milan Design Week 2018. Un viaje experiencial por los hitos de la cultura estadounidense. Que transportaba a los invitados a través de diferentes viñetas, basadas en la experiencia en hospitality del estudio de arquitectura.
Estaba abierto desde el desayuno hasta el anochecer, y contaba además con el apoyo de un programa de charlas y presentaciones en vivo.
Un diner americano en el centro de Milán
El año pasado nos cautivó. Seguir la dirección de las vías que se juntan en Centrale, para descubrir los almacenes en desuso. Húmedos, decadentes, viejos… La iniciativa de Organisation in Design ha llevado, por segundo año, a las mejores marcas y los jóvenes talentos más sorprendentes del panorama a mostrar entre las desconchadas paredes su trabajo.
En 2017, la comida era cosa de una food truck nada convencional. En éste, Rockwell y compañía han utilizado los rituales del comensal como puntos de referencia y de partida, vinculando el pasado y el futuro de un icono estadounidense esencial.
La entrada estaba inspirada en una clásica autocaravana Airstream, en la que además se podían encontrar postales con imágenes cinematográficas y seriéfilas de las cafeterías americanas. Desde Seinfeld hasta Superman, pasando por Twin Peaks, estaban presentes. Se ofrecía siempre café recién hecho y pastel casero.
De ahí, el viaje continuaba con un almuerzo al estilo de la Costa Este de Estados Unidos. En una encimera Silestone® de Consentino se servían batidos y otras comidas clásicas: de hamburguesas y patatas fritas a helados.
Fotos: Kelsey McClellan, estilismo Michelle Maguire
Un tercer segmento del espacio rendía homenaje a los comensales del Medio Oeste, ofreciendo los típicos sándwiches de queso a la parrilla.
Y la experiencia concluía con un concepto relajado de lounge, inspirado en la costa Oeste. Todos los rituales en cuestión de comida yanquis reunidos en un mismo espacio.
Fotografías: Michele de Candia y Silestone