Gárate Hausmann, dos almas gemelas destinadas a encontrarse.
Explorando nuevos locales, rincones y objetos. Tocando materiales, observando acabados. Y la luz que incide en ellos. Cualquier detalle puede valer. Nada se les escapa a estos dos jóvenes apasionados que se conocieron en la escuela Eina en 2010 y que coincidieron durante sus prácticas en el estudio del diseñador Fernando Salas. Más tarde volvieron a encontrarse en Milán. Cuando les preguntamos si creen en las casualidades nos dicen que el azar les ha llevado a encontrarse, y a crear su estudio Gárate Hausmann Design. Dos almas gemelas destinadas a cruzarse en el camino, un torbellino imparable que ya pisa con fuerza en Barcelona.
Vuestros inicios fueron junto al diseñador Fernando Salas, en su bonito estudio de Palo Alto. ¿Qué aprendisteis de él y en qué os ha influido?
Le debemos mucho a Fernando. Durante la carrera nos tocó hacer las prácticas juntos en su estudio de Palo Alto y a raíz de la buena relación que mantuvimos con él, nos ofreció trabajar en su espacio. Estuvimos varios meses. Ahora seguimos yendo de vez en cuando, pero ya no es nuestra oficina fija. De Fernando nos gusta especialmente su estética sencilla y el valor que le da a los detalles, a los materiales y a los acabados. Es su forma de entender al cliente. Siempre nos decía que más vale hacer poco y bien que intentar abarcar mucho. Y en eso estamos de acuerdo.
¿Quién aporta qué en los proyectos? ¿En qué os complementáis?
En cuanto a concepto y creatividad estamos a la par. Carla es más impulsiva. Es la que suele empezar los proyectos y se dedica a diseñar los Render. Pablo tiene más cabeza y es más detallista. Se encarga sobre todo de Autocad y de Photoshop, y es quien da los últimos lavados de cara y aporta los retoques finales a los proyectos.
¿Quiénes son vuestros referentes de estilo? ¿Quién y qué os inspira a la hora de crear un espacio?
Desde una arquitectura, una escultura o algo que vemos en la televisión. Nos inspira observar alrededor constantemente. Lo que nos gusta es ir por toda la ciudad viendo cosas nuevas, espacios, muebles, locales. Cotilleamos un material que nos llama la atención, un local abandonado, una luz inesperada. No dejamos de mirar, no desconectamos nunca.
A raíz de esa búsqueda constante surge de forma natural la necesidad de crear una cuenta en Instagram, donde enseñáis espacios que os gustan fotografiados por vosotros mismos. ¿Cómo dais con todos esos lugares?
Buscando y perdiéndonos constantemente. Ha habido días que nos ha sorprendido la cantidad de tiendas pequeñitas que hay en Barcelona y casi nadie conoce; la mayoría muy bien acabadas. Esa sensación de descubrir es muy buena.
¿Cuál es vuestro sitio preferido de Barcelona?
Tenemos dos espacios favoritos en Barcelona: Espacio 88 y Wer-Haus. Ambos comparten el mismo concepto de ser cafetería, tienda y sala de exposición al mismo tiempo. Son lugares limpios y cambiantes, efímeros.
¿Una frase que defina vuestra forma de pensar?
Diseñamos experiencias. Trabajamos con el objetivo de crear una emoción o experiencia para el usuario que interactúe en el espacio. Sencillez y funcionalidad son dos elementos imprescindibles en vuestro trabajo.
¿Cómo se relacionan con la estética?
Son tres conceptos que van unidos. Para nosotros, sencillez y funcionalidad son dos requisitos fundamentales a la hora de ponernos a diseñar. En cuanto a la estética, cuando eliges a un diseñador es porque buscas ese punto añadido que no te puede dar otro, con lo cual todo va ligado. Respetáis el origen de las cosas, sin alterarlo. Sí, además eso te da un juego muy interesante porque obtienes el contraste. Nos gusta pensar en cómo se relacionan los materiales y trabajar la estética del detalle. En Milán aprendimos el impacto de la primera sensación del diseño. Para nosotros lo ideal es darle mucha importancia a lo primero sin olvidar lo segundo.
Fue precisamente en Milán donde creasteis el Haid Hotel.
Sí, de hecho ese proyecto nos gustó mucho porque tenía un concepto muy bonito detrás: la gente percibe Milán como una ciudad lluviosa y fría, pero detrás de los edificios hay patios interiores con mucho verde. Y esta es la idea de la habitación: tiene un bloque gris de cemento y en medio una cama con una chapa oxidada que representa la vegetación.
Vuestros proyectos se caracterizan por tener un estilo minimal e industrial, como es el caso del gimnasio Reburn Studio, por ejemplo.
Sí, nos gusta trabajar estos dos estilos, siempre teniendo en cuenta la opinión y el gusto del cliente. El proyecto de Reburn Studio se diseñó con un aire industrial, que iba muy acorde con la estética y los valores que nos habían pedido.
¿Qué proyectos habéis hecho estos últimos meses?
Hemos diseñado un Pop Up Store en el Corte Inglés para la marca de bolsos Lonbali, también hemos hecho algunos espacios de trabajo para Sheltair y un par de reformas de viviendas particulares.
¿En qué tipo de proyecto os sentís más cómodos, en el ámbito residencial o comercial?
No descartamos nada, de todo aprendemos, pero disfrutamos más en el ámbito comercial porque da más juego, hay más gente involucrada y suelen ser proyectos muy variados entre sí. Pero lo que realmente nos gusta es diseñar pop up stores, espacios comerciales efímeros.
¿Qué tiene el interiorismo de Barcelona con respecto a otros lugares?
En Barcelona se respira cien por cien diseño, pero creemos que últimamente hay una tendencia un punto repetitiva. Hemos caído en el error de sentirnos cómodos con un estilo que funciona y hay muchos espacios parecidos. Nos encanta Barcelona pero nos gusta viajar para estar al día de lo que ocurre en otras ciudades.
Queremos agradecer a Carla Hausmann y Pablo Gárate el tiempo que nos han dedicado para poder realizar esta entrevista. Podréis saber más sobre su trabajo visitando garatehausmann.com
Entrevista, fotografía y textos equipo Slowkind & Georgina Millet.
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