El pabellón de cristal escondido en Las Rozas.
Edificios tan icónicos de la arquitectura contemporánea, como la Casa Farnsworth de Mies Van der Rohe o Fallingwater de Frank Lloyd Wright, nos vienen a la cabeza cuando contemplamos esta vivienda proyectada por Penelas Arquitectos.
La construcción se encuentra en el claro de un frondoso bosque, en una parcela de 6.900m2 en Las Rozas (Madrid). La propiedad pidió a los arquitectos precisamente un espacio para la meditación y el retiro.
De esta manera, rodeado completamente de naturaleza, el refugio se oculta y se mimetiza con ella.
Su estructura se encuentra suspendida sobre una pequeña cascada, sobre la que extiende un ala protectora.
La superficie, de 70 m2, se distribuye en dos plantas. La inferior cuenta con dormitorio, vestidor y baño, mientras que la superior posee zona de estar, cocina, baño y terraza.
La cubierta se aprovecha también con un mirador y un solárium.
La volumetría de la vivienda se ha concebido para que pueda interactuar directamente con el crecimiento de los árboles. Éstos atraviesan sus terrazas y voladizos, a través de huecos especialmente diseñados para ello.
Una de sus fachadas se inclina incluso, para no obstaculizar el crecimiento de una encina bicentenaria.
Para su construcción se han utilizado únicamente tres materiales. Las fachadas se realizan enteramente en vidrio. De esta manera, se abre completamente el edificio a la naturaleza. En las zonas más privadas, como los baños, se ha utilizado un vidrio opal que refleja el entorno como si fuera un espejo.
La estructura se realiza con acero cortén. Este material, al igual que los árboles, va transformando su apariencia con el tiempo.
Para el interior se ha escogido la cálida madera de cerezo, que reverbera la presencia de la naturaleza.
Cinco esbeltos cilindros se levantan sobre la cubierta. Estas chimeneas atrapan los rayos de sol y los dirigen hacia el interior, al que robaba luminosidad la espesura del bosque.
El resultado es una arquitectura en la que se funden tecnología, naturaleza y cultura. Un lugar que recupera por tanto la memoria original, casi perdida, del hombre. Un espacio en el que el paso de las estaciones genera nuevos sentidos y emociones.
Fotografías: © Imagen Subliminal