La Biennale, el tiempo tranquilo de la Venecia que fue.
Lo nuevo y lo viejo hermanan en La Biennale de Venecia como en ningún otro lugar. Durante los 6 meses que dura el buen tiempo, cada dos años, el futuro del arte se reúne en la capital del Véneto.
La parte Este de la ciudad de los canales ofrece esa visita alternativa a las almas ‘cultas’ del mundo, deseosas de huir de la Piazza San Marco. En un destino tan privilegiado como democráticamente turístico, existe un off para el visitante amante de lo intelectualmente exclusivo. ¿Y como hacer exclusiva la cultura en una ciudad donde todo es cultura? La Biennale consigue un pequeño milagro parecido a retroceder en el tiempo.
En Venecia solo se puede pasear tranquilo buscando la escasa contemporaneidad. El núcleo histórico y su sobredosis de arte y arquitectura clásicos ha quedado para los que menos entienden de arte y de arquitectura. Ya es tarde para que la ‘alta cultura’ se apropie del centro. Si uno quiere vivir una ciudad pausada, elegante y verdaderamente romántica, tiene que buscar el futuro del arte, expuesto en La Biennale. La experiencia es algo así como retroceder en el tiempo y vivir la Venecia auténtica que fue y que todos quisiéramos disfrutar; la Venecia que ya nunca será.
Puede visitarse La Biennale de 2017 hasta el 26 de noviembre.
Swatch en los Giardini
En los Giardini de la Biennale recibe a los visitantes el espectacular trabajo del artista abstracto británico Ian Davenport, quien firma para Swatch la instalación Giardini Colourfall: una enorme obra realizada dejando caer con cuidado gotas de pintura para que formen mil líneas verticales. Los colores se inspiran en la paleta cromática de obras maestras históricas de Klimt, Monet y Perugino y se presentan en una secuencia cromática específica que estructura la obra, lo que le aporta equilibrio y simetría en las variables bandas de colores con un efecto visual de espejo.
El artista Ian Davenport.
Una instalación que fascina por la capacidad de cada color de narrar historias mediante su increíble yuxtaposición de vibraciones energéticas, el modo en el que el color gestiona el espacio y deja que los materiales cobren vida y expresen su propio idioma.
El artista británico Ian Davenport es reconocido por sus pinturas abstractas y coloridas. Nominado al Premio Turner en 1991 y premiado en la exposición de John Moores Liverpool en 1999, su obra ha sido expuesta en prestigiosas galerías y museos del Reino Unido e internacionales. Entre sus instalaciones a gran escala anteriores se incluyen trabajos para la Trienal de la Tate, la Universidad de Warwick o el conocido mural de 48 metros de largo Poured Lines, ubicado bajo la vía férrea de Southwark Street, en Londres.
Para la ocasión, Davenport ha creado un Swatch Art Special, Wide Acres Of Time; una edición limitada y numerada de 1.966 piezas, que replica el atrayente juego de colores del artista en la esfera y correa del reloj.
Tiempo & arte
Reloj presentado para la ocasión.
La vinculación de Swatch con el arte se remonta a 1985, tres años después de su creación. Entonces, Kiki Picasso inició la colección que, en años sucesivos, atrajo el interés de numerosos artistas de la talla de Keith Haring, Alfred Hofkunst, Annie Leibovitz, Renzo Piano, Vivanne Westwood, Alessandro Mendini, Robert Altman, Kurusawa o Nam June Paik.
Entre los españoles que han firmado diseños para Swatch destacan Pedro Almodóvar, Oscar Mariné, Eduardo Arroyo, Agatha Ruiz de la Prada y Miralda, entre otros. Además, Swatch ha participado en importantes acontecimientos culturales, entre los que destacan el Centro de Arte Pompidou, el MOMA, el movimiento Dada.
